La ocupación por las tropas españolas en 1602 determina la inclusión del feudo imperial de Finale dentro de los dominios de Felipe III, cual centro logístico para los enlaces entre el Mediterráneo y la Europa continental. El impacto del pasaje bajo la dominación española es ambivalente: por un lado las estrategias aduaneras de los nuevos gobernantes fomentan el desarrollo de un comercio de tránsito intenso, del que benefician las clases mercantes locales y muchas otras categorías de operadores relacionadas con el transporte y la reventa de las mercancías, por otro lado los tránsitos militares permiten provechos considerables en relación con los suministros a las tropas, pero constituyen una carga muy pesada para los que tienen que alojar los soldados en sus propias casa e inmuebles. Las fuertes desigualdades socioeconómicas son agravadas hasta por una fiscalidad directa –indispensable para cubrir los gastos de la guarnición– que afecta a las clases bajas y medias, especialmente a las de las aldeas rurales. El ensayo tiene por objeto evaluar el grado en que los gobernantes españoles han sido capaces de compensar el fuerte agotamiento de los recursos, ofreciendo oportunidades de inversión, a fin de un control funcional del territorio.
Paolo Calcagno