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                 gen nobiliaria. El centro religioso más importante de esa zona de la
                 ciudad era, en efecto, el convento franciscano de San Pedro el Real,
                 uno de los cuatro grandes cenobios establecidos tras la conquista de
                 Córdoba en 1236, de mucho mayor tamaño y devoción que la propia
                 parroquia de San Nicolás, en cuya collación estaba ubicado.
                    A través del testamento de Estaquero otorgado en 1668 conocemos
                 su  considerable  fortuna.  Por  esta  escritura  de  últimas  voluntades
                 manda a su esposa 1.500 ducados, más sus dos esclavas, 6.000 duca-
                 dos para sus sobrinos; declara tener unas casas principales, más otras
                 ocho casas urbanas, un tejar, un oficio de escribano, un oficio de
                 jurado, un censo de 200 ducados de principal, un haza de 4 fanegas y
                 otros 40.000 ducados en dinero, mercancías y bienes muebles, a lo
                 que se añaden algunas deudas a su favor por valor de varios miles de
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                 reales . Al carecer de hijos, tanto él como su esposa, por su respectivo
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                 testamento otorgado en 1688 , dedican todo su patrimonio a estable-
                 cer varios vínculos que serían el sustento de sus hermanos y sobrinos.
                 Su devoción e implicación con la hermandad del Hospital de la Caridad
                 se refleja en que en el orden de los llamamientos a su mayorazgo esta-
                 blecen que, faltando todas las líneas de su familia, recaigan dichos
                 bienes en esa hermandad. Y como guinda del opíparo pastel que coci-
                 nan, deben velar por vestirlo todo de suficiente apariencia nobiliaria, y
                 así en la fundación del mayorazgo de Diego Sánchez Estaquero se
                 obliga a que sus propietarios «han de tener obligación de firmar el ape-
                                                                        57
                 llido de Estaquero y usar de las armas de este apellido»  .
                    Aunque no las describe en esta fundación, aún se pueden ver estas
                 armerías en una losa de mármol rojo ubicada en su capilla funeraria
                 concluida en 1675 en el antiguo convento franciscano de San Pedro el
                 Real, hoy parroquia de San Francisco y San Eulogio de Córdoba. Este
                 escudo cuartelado, en cuyo primer cuartel se describe un campo con
                 cinco estacas, esto es, Estaquero, se puede apreciar además la cruz
                 dominica acolada, emblema que representa su pertenencia al Santo
                 Oficio. Nadie diría a la luz del lustre del rosado marmóreo de este altar
                 que su fundador había pagado su obra con los miles de ducados gana-
                 dos como mercader. Entre sus descendientes se encontrarán, entre
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                 otras familias de la aristocracia cordobesa, los condes de la Estrella .






                    55  Ahpc, Leg. 13.998, testamento cerrado de Diego Sánchez Estaquero.
                    56  Ahpc, Leg. 17.130, año 1688, c. 9
                    57  Agoc, Capellanías, Leg. 944, Expte. 5.
                    58  A través del matrimonio entre Antolín Cuéllar, conde de la Estrella, con doña
                 Mariana Luque Repiso y Santa Marta, nieta de doña Beatriz Estaquero y Santana.


                 Mediterranea - ricerche storiche - Anno XVI - Agosto 2019      n.46
                 ISSN 1824-3010 (stampa)  ISSN 1828-230X (online)
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