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400 José María García Ríos
heterogénea carrera vital le avalaba más que de sobra, como veremos
a continuación.
Centrándonos en su persona, hemos de decir que a mediados de
1517, tan pronto como tuvo edad, se desposó con Isabel de Ribera,
hermana del escribano Luis de Ribera e hija de Hernando de Ribera y
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Violante de Helguera . Una familia proveniente de Quesada que se ins-
taló en Baza con motivo del repartimiento y que en seguida logró asal-
tar la esfera de los oficios públicos . Pero, al igual que la suya, con
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una alargada sombra conversa. Aunque, en ningún caso, tan notorios
como los ascendientes del contrayente.
De hecho, estos Ribera intentaron desde el primer momento escon-
der su auténtico pasado, una empresa sumamente difícil para los del
Puerto, al menos por fechas tan tempranas. No hay más que echar un
vistazo a la declaración que hace Isabel de Ribera ante el Santo Oficio
en 1540 para darnos cuenta de los problemas que le provocaba la
ascendencia de su cónyuge. En ella, manifestaba plenamente conven-
cida ser cristiana vieja, algo ciertamente falso, pero exponía sin ningún
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reparo que su marido era “mitad hidalgo, mitad converso” . Una con-
fesión que volvía a poner de manifiesto la infamante condición social
de los del Puerto. Es más, por si quedaba alguna duda, en 1577, Cris-
tóbal Amador de Lezcano, vecino de Baza, pero oriundo de Cazorla,
declaraba en las pruebas de don Juan Fernández de Córdoba para
convertirse en familiar del Santo Oficio que el dicho García del Puerto
era notoriamente converso .
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Sea como fuere, ambos contrayentes eran plenamente conscientes
de con quién estaban casando. De hecho, ambas familias formaban
parte de una extensa red de poder judeoconversa que, de manera endo-
gámica, ya fuese consanguínea o por afinidad, supo acaparar las esfe-
51 L. Magaña Visbal, Baza histórica cit., p. 419. Gracias a la tesis de Crespo Muñoz,
sabemos que la dote entre ambos contrayentes, acordada el 18 de abril de 1517, ascen-
día a 90.000 maravedíes. Una cantidad ciertamente interesante para los años en los que
nos movemos. Pero no sólo eso, pues en el momento en que deposaran el dicho García
del Puerto recibiría una serie de propiedades urbanas y rústicas de gran valor. Asimismo,
tras la velación del matrimonio obtendrían 20.000 maravedíes más en concepto de ajuar,
pagados en el plazo de dos años. Cfr.: F.J. Crespo Muñoz, El notariado en Baza cit., p.
1224. Sin duda, un buen indicativo del poderío económico del que disponían ambas
familias. Por arrojar más luz a este respecto, sabemos que el escribano Luis de Ribera
recibió dos caballerías en el reparto de la sierra de Baza de 1525, Vid.: C. Torres Delgado,
Baza. Capital del Altiplano cit., p. 417. Una adjudicación comparable a la que disfrutó el
contrayente.
52 F. Tristán García, Baza, 1525 cit., p. 423.
53 Ahn, Inquisición, leg. 2621, exp. 99. Debo esta interesante referencia a la genero-
sidad del profesor Enrique Soria Mesa, que tanto me ayuda.
54 Ibídem.
Mediterranea - ricerche storiche - Anno XVI - Agosto 2019 n.46
ISSN 1824-3010 (stampa) ISSN 1828-230X (online)