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                 hermano, el prior don Francisco de Valdivia, para poner juntos 380
                 escudos de oro en la sociedad para el oficio de escritor de breves com-
                                           39
                 prado por Juan de Vergara .
                    Durante sus años en Roma, por las manos de Vela pasaron nume-
                 rosos beneficios. De algunos disfrutó durante unos años, otros los
                 resignó  en  seguida  a  cambio  de  pensiones.  En  cualquier  caso,  la
                 nómina, sin ser exhaustiva, habla por sí sola: una capellanía de Santa
                 Inés, otra de San Acacio y otra de Santa Ana (las tres en la catedral de
                 Córdoba), otra en Santa Cruz de Baeza, un beneficio simple en Buja-
                 lance, otros tantos beneficios simples o curados en San Mamed de
                 Ribadulla, San Martín de Lavino, Villa del Río, en la Ermita de Santa
                 Ana de Córdoba, dos en Hornachuelos, uno en Hinojosa, otros en La
                 Membrilla, Belalcázar, Torremilano, Villardompardo, La Mancha de
                 Jaén, Moya de Cuenca, en varias parroquias cordobesas como las de
                 San Miguel, San Lorenzo, San Pedro, La Magdalena o Santa Marina,
                 en la parroquia de San Miguel de Jaén, prestameras como las de San
                 Pablo de Baeza, La Parrilla o Fuencubierta de Gurramiel, una ración y
                 una canonjía en la catedral de Córdoba, el priorato de Recena, la rica
                 abadía de Alcalá la Real… 40
                    La cantidad de operaciones que realizaba al cabo de un año era ver-
                 tiginosa y le permitió acumular varios miles de ducados de renta anual.
                 Sólo las letras de cambio que dejó impagadas al banco curial de Pinello,
                 Donà y Negroni al sorprenderle la muerte, y que sus hermanos se com-
                 prometieron a pagar en Andalucía en dos plazos anuales con el corres-
                 pondiente interés, ascendía a casi un millón y medio de maravedíes.
                    En un salto social increíble, unos años más tarde sus sobrinos
                 integraban ya las filas de la nobleza y emparentaban con destacadas
                 casas nobiliarias (los Carafa, los Fernández de Córdoba, etc.). Es de
                 imaginar que todo el dinero ganado en el mercado curial no se gastó
                 sólo en el apoyo a las carreras de sus hermanos y las enormes dotes
                 de sus hermanas, sino también en una cierta proyección patrimo-
                 nial. Lamentablemente, poco he sido capaz de recuperar o identifi-
                 car hasta el momento en territorio castellano, excepción hecha de
                 la adquisición de la capilla de San Marcos, Santa Ana y San Juan
                 Bautista en la catedral de Córdoba por Martín Fernández de Salazar
                 en 1574. Desde luego, no fue un vínculo que sobreviviera más de
                 una generación.




                    39  Asr, Notai A. C., vol. 7.049, 869r.-870r.
                    40  Alcalá tenía jurisdicción independiente de cualquier obispado, dependía directa-
                 mente de la Santa Sede. Las provisiones de los beneficios citados en Asv, Registri Vati-
                 cani, vol. 1.526, 44r.-45v.; vol. 1.533, 102r.-104v.; vol. 1.586, 274r.-275v.; vol. 1.602,
                 147v.-149v. y Archg, Pleitos, caja 2.849, doc. 1.


                 Mediterranea - ricerche storiche - Anno XVI - Agosto 2019      n.46
                 ISSN 1824-3010 (stampa)  ISSN 1828-230X (online)
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