Page 86 - 1
P. 86
Diaz Rodriguez (saggi)_4 26/09/19 07:13 Pagina 296
296 Antonio J. Díaz-Rodríguez
de la fosa en el espacio de la iglesia fue casual: frente a la capilla de
Juan Enríquez de Herrera, banquero de la curia con quien Juan Rubio
de Herrera no guardaba el más mínimo parentesco. No era una aso-
ciación muy legitimadora, pero era la más fácil. Menos sostenible aún
era la poco sutil alusión heráldica a un entronque con uno de los más
aristocráticos e internacionalmente conocidos linajes andaluces, los
Fernández de Córdoba. En todas sus diferentes ramas empleaban
como armas comunes las fajas rojas y doradas, adoptadas con poca
44
modificación por estos Córdoba conversos .
El testamento de Rubio de Herrera testimonia el mismo fingido prurito
nobiliario, la misma pose cristiano vieja. En él, el curial incluso prohibió
a sus sobrinos casarse “con mujeres que no tengan la qualidad bastante
de nobleça y limpieça” para conservar su purísima ascendencia .
45
A diferencia de otros casos, no puede argumentarse aquí ni igno-
rancia ni autoengaño, puesto que por otras fuentes se hace patente la
conciencia de su propia identidad conversa. Una identidad imposible
de olvidar, por otra parte, mientras colgaran para pública y perpetua
46
infamia en su ciudad natal los sambenitos familiares . Fuera por
medio de un lapidario, de un pintor o de un escribano, tío y sobrino
estaban pagando por un pasado a su medida.
5. Piedra, papel y madera: el caso de los Molina
Desde finales del Quinientos, la cobertura del territorio ibérico se
intensificó por parte de nuevas compañías de curiales. Asociaciones de
mercaderes, clérigos con contactos o residencia en Roma y profesionales
de la pluma (secretarios del Santo Oficio, notarios apostólicos…) apro-
44 Sobre esta lápida véase A. Parisi, Per la total perfettione e compimento. La misión
de Velázquez y de su agente Juan de Córdoba en los documentos del Archivo de Estado
de Roma, in J.M. Luzón Nogué (ed.), Velázquez. Esculturas para el Alcázar, Madrid, 2007,
pp. 101-103.
45 Ivi, p. 102.
46 El enfrentamiento generó enorme cantidad de correspondencia en que se habla
largo y tendido de la ascendencia judía de Rubio de Herrera: Acco, Mesa Capitular, leg.
2.090. El cabildo de la catedral de Córdoba recurrió a sacar copia compulsada (que se
conserva pintada) para ser enviada a Roma de todos los sambenitos de judaizantes con-
denados en esta familia, como Juan González Rubio, padre de Diego el Rubio, y Alonso
de Herrera el Ciego, quemados ya difuntos en 1486, Fernán López de Herrera, que corrió
igual suerte en 1493, Isabel de Herrera, reconciliada en 1504, Gonzalo el Rubio, relajado
en 1510, el curtidor Gonzalo Ruiz el Rubio, cuyos restos fueron quemados en 1512, o
su mujer, Catalina Sánchez, condenada el mismo año. Reproducción de estos documen-
tos y sambenitos en R. Gracia Boix, Colección de documentos para la Historia de la Inqui-
sición de Córdoba, Publicaciones del Monte de Piedad y Caja de Ahorros de Córdoba,
Córdoba, 1982, pp. 243-254.
Mediterranea - ricerche storiche - Anno XVI - Agosto 2019 n.46
ISSN 1824-3010 (stampa) ISSN 1828-230X (online)