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Vigilar desde abajo. Las autoridades locales y el control de los Moriscos... 291
abezindarse y estén en la villa los dichos moriscos» . Tras estudiar la
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petición, el gobernador accedió a que se instalaran en el pueblo dos
familias, siempre que tuvieran avalista cristiano-viejo y que el concejo
se encargase de los trámites.
Elaborar los padrones
Consecuencia lógica de lo anterior, fue la inclusión de cada nuevo ve-
cino morisco en los correspondientes padrones, algo que, unido a las ba-
jas provocadas por la emigración y por la dinámica natural de la pobla-
ción, hizo necesaria la permanente actualización de los mismos. La ges-
tión de las listas comenzaba con su necesaria elaboración, tarea que, en-
tre otras cuestiones, incluyó el pregón y convocatoria, el recuento perso-
nal de los moriscos y el traslado documental de la información. Se trata
de una de las labores más importantes de cuantas asumió el escalón
inferior de la administración y la base sobre la que se asentaron el resto
de actuaciones desarrolladas para vigilar a los moriscos. Su redacción,
obligatoria, afectó por igual a todas las localidades que censaron cristia-
nos nuevos y debió seguir patrones similares, aunque debe suponerse la
existencia de diferencias de procedimiento entre las grandes ciudades y
núcleos rurales de tamaño y población granadina más reducidos. De en-
tre ellas, quizás quepa señalar tres. La primera, relativa al modo en que
se gestionó la elaboración de los censos, que en los grandes núcleos por
fuerza tuvo que ser por agregación de las diferentes listas elaboradas en
cada barrio o parroquia.
Para estos casos, se había previsto la participación y nombramiento
de los «semaneros», también nombrados por cada concejo y encarga-
dos de actuar como enlace entre éste (o el superintendente de moris-
cos) y los propios cristianos nuevos . Sin embargo, no es descartable
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que las autoridades civiles contarán aquí con la colaboración del clero
parroquial. He ahí la segunda de las diferencias: la relativa al personal
implicado en la tarea de controlar a los moriscos, más numeroso en
las localidades de tamaño grande. Finalmente, también pueden obser-
varse diferencias en la rendición de cuentas de quienes elaboraron ta-
les padrones. Y es así como el ejemplo visto más arriba, en el que los
semaneros respondieron ante su correspondiente regidor, se calca
61 Ahn, Om, At, leg. 51575. 01.05.1579.
62 De su nombramiento y competencias, se tienen noticias a través del caso de
Almagro, donde, en 1584, se les conminaba a que «cada uno en su semana», controlasen
la asistencia a misa de los granadinos. Amal, Actas del Concejo, caja 5, siglo XVI, fols.
134r-134v. (01.02.1584).
Mediterranea - ricerche storiche - Anno XVII - Agosto 2020
ISSN 1824-3010 (stampa) ISSN 1828-230X (online)