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296 Francisco J. Moreno Díaz del Campo
en caso contrario, a cumplir «con sus listas» . A resultas del mismo,
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más de veinte familias fueron condenadas a salir de la villa. El caso
afectó de manera especial a Bernardino Fajardo y Luisa Gutiérrez, su
mujer, inicialmente alistados en Villanueva de los Infantes, pero
residentes en la villa toledana desde once años antes. A pesar de que
los moriscos demostraron arraigo y aunque figuraban en el padrón
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que se redactó en 1579, no se localizó testimonio de su alistamiento
en el de 1573, el primero que, al parecer, se hizo en la villa . El alcalde
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mayor fue inflexible: cuatro años de galeras y cien azotes para él y
destierro de la provincia para ella.
La otra opción consistió en transigir con el alistamiento de los mo-
riscos llegados a cada localidad, tarea que debió resultar habitual y
que corrobora que, legales o no, los movimientos de población eran
más frecuentes de lo que la Corona estuvo dispuesta a tolerar . El
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procedimiento no planteó problemas cuando los granadinos dispusie-
ron de la correspondiente autorización, que –y he ahí otra de las fun-
ciones que pueden señalarse– debía ser emitida por las autoridades
de la villa de partida. En ese caso, actuaban la correspondiente auto-
ridad municipal y un escribano, que abría nuevo asiento en la lista
oficial de moriscos . Así lo hizo, por ejemplo, el gobernador de Beas
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en octubre de 1579, cuando autorizó el alistamiento de Alonso Her-
nández y su familia, naturales de Alhendín, en la vega de Granada, y
trasladados con autorización a La Puerta de Segura desde Villanueva
de los Infantes . No obstante, y a pesar de que las formas fueran
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81 Ahn, Om, At, leg. 15648, s.f. Lo normal, en esos casos, es que los moriscos
dispusieran de un plazo prudencial para presentar sus certificaciones. Véase R.M. Pérez
García, Moriscos en Antequera, 1569-1574 cit., p. 79.
82 Ivi. Según testimonio del escribano firmado el 18.02.1583, el morisco había
pagado alcabalas en la villa desde, al menos, 1575.
83 Fajardo solicitó que el escribano diera testimonio de su inscripción en las «listas
que yo y la dicha mi muger e hijo tenemos en esta villa, ansí la que hiço de mi persona
e casa el doctor Vera, alcalde mayor que fue deste partido como la que ultimamente
hiçieron el señor liçenciado Ortega, alcalde mayor que de presente es, en las quales
dichas listas me listé yo e la dicha mi muger e hijo». En febrero de 1583, el escribano
certificó que los moriscos aparecían en sendos censos realizados en 1579 (el del doctor
Vera) y en mayo de 1582 (la del licenciado Ortega).
84 Aparte de los ya citados relativos a Extremadura y la Mancha, sirva como ejemplo
el caso de Écija, donde entre 1585 y 1594, las autoridades municipales alistaron más
de setenta moriscos trasladados allí desde diferentes lugares. Cifras más modestas,
pero también significativas en Pastrana, en dominio señorial. Véanse M. F. Fernández
Chaves y R. M. Pérez García, Notas sobre la destrucción de las comunidades moriscas
malagueñas y su reconstrucción en la campiña sevillana, 1569-1610 cit., p. 133 y R.
Sánchez González, Movilidad morisca en la Corona de Castilla, 1570-1610 cit., p. 391.
85 M. García Ruipérez, La expulsión de los moriscos del Reino de Granada en los
documentos municipales. Estudio archivístico cit., pp. 85-86
86 Ahn, Om, At, leg. 51575. 14.10.1579
Mediterranea - ricerche storiche - Anno XVII - Agosto 2020
ISSN 1824-3010 (stampa) ISSN 1828-230X (online)