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                 tendía una estrategia de resistencia con el apoyo de las villas islámicas
                 adyacentes a la ciudad.
                                                                      17
                     A principios de agosto de 1556 Orán estaba sitiado . Pero el miedo
                 a la peste, la resistencia cristiana y, sobre todo, las disensiones entre
                 los corsarios argelinos tras la muerte de Sala Rais debieron convencer
                 a Süleymán, desde la lejana capital otomana, de disolver el cerco y
                 ordenar el regreso de la flota turca el 21 de agosto. A escala local,
                 Marañón actuaba de consuno con los alcaldes ordinarios y regidores
                 de Orán. En diciembre de 1556, ante las amenazas de un nuevo asedio
                 turco-argelino, el alcalde mayor dirigió las acciones para reconstruir
                 un lienzo de la muralla que se había desplomado . Al año siguiente,
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                 Marañón encabezó las reuniones del concejo en que se redactaron
                 unas ordenanzas que atendían los problemas cotidianos derivados del
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                 estado de guerra . El cuidado de los bastimentos, especialmente el
                 pan, el vino, la carne y el aceite, resultaba esencial. Las ordenanzas
                 protegían la precedencia de los vecinos en el aprovechamiento de los
                 recursos que llegaban de otros sitios, por encima de los negocios de
                 los mercaderes y de los bastimentos destinados a la «gente de guerra».
                     La  distribución  y  abasto  de  la  ciudad  dependía  de  un  asunto
                 central: la convivencia entre diversas confesiones. De ello también se
                 ocupaban  los  ordenamientos  firmados  por  Marañón.  Algunas
                 prohibiciones muestran las dificultades de aquel crisol magrebí. Los
                 judíos debían enterrar a sus muertos en sus propios solares, tenían
                 prohibido deambular fuera de la muralla y establecer contratos con
                 moros. Asimismo, las familias de la confesión de Moisés debían acatar
                 un toque de queda exclusivo por el que debían permanecer en sus
                 casas después del Ave María. La guerra acentuaba la desconfianza que
                 se  había  expresado  algunos  años  atrás  y  que  terminaría  con  la
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                 expulsión del siglo siguiente . Por otra parte, resultan significativas
                 las medidas tomadas para proteger a los comerciantes locales de las
                 villas árabes, quienes abastecían la demanda de trigo, aceite y cebada
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                 en Orán . Se trataba de los mismos espacios sobre los que se extendía
                 la red de informantes en la que participaban también judíos, como
                 Jacob Cancino, quién colaboraba con Marañón como intérprete de los





                    17  M. J. Rodríguez-Salgado, «El león animoso entre las balas»: los dos cercos de Orán
                 a mediados del siglo XVI, en M. A. de Bunes Ibarra y B. Alonso Acero (coords.), Orán:
                 Historia de la corte chica, Polifemo, Madrid, 2011, pp. 13-54.
                    18  Ags, Estado, 482, f. 85.
                    19  Ags, Estado, 483, f. 46.
                    20  J. F. Schaub, Les juifs du roi d’Espagne. Oran 1509-1669, Hachette, Paris, 1999,
                 pp. 36-59.
                    21  Ags, Estado, 483, f. 47


                 Mediterranea - ricerche storiche - Anno XV - Dicembre 2018     n.44
                 ISSN 1824-3010 (stampa)  ISSN 1828-230X (online)
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