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434 Gibran Bautista y Lugo
Aquella noche los turcos çercaron la dicha gente como cosa propia […]
las gentes se yvan a los turcos diciendo ‘dadme de comer y captivadme’, y otros
vendían sus armas y ropa para lo mismo. Puestos los negocios en estos
términos, como tengo dicho a Vuestra Señoría, se abrió la tierra y sorbió el
resto del exército de manera que no ay entendimiento que baste a perçibillo,
mas de que fueron todos captivos sin pelear ni morir ninguno. Este fue el triste
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fin del campo y de tanta suma y tan principal de gente de España .
Aunque el desastre de Mostaganem fue uno entre muchos
episodios que caracterizaron la permanente guerra Mediterránea,
constituyó un parte aguas para el licenciado Marañón. Herido de
gravedad y llevado a los baños de Argel, Marañón fue presa del trabajo
forzado y debió pagar 5 mil ducados por su libertad, conseguida a los
tres años de cautiverio . Cuatro décadas después, en el trance de
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Quito, el viejo soldado del rey ponderaba la presencia continua de la
guerra en su vida: «aunque profesé la paz e conseguí las letras, aún no
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me pude escapar della» .
En este punto, las vidas de Esteban Marañón y Henrique de Sousa
cobran un paralelismo que da cuenta de los aspectos generalizadores
de la guerra en el Mediterráneo y facilita la comparación. Veinte años
después de la derrota de Mostaganem, el Magreb fue escenario de otro
pavoroso verano. La tarde del 4 de agosto de 1578 un nuevo y
descomunal desbarato militar fue protagonizado por el ejército
cristiano; esta vez encabezado por el joven rey de Portugal, don
Sebastián, quien condujo más de 20 mil hombres a la funesta batalla
de Ksar el-Kebir (Alcazarquivir), con el objetivo inmediato de sostener
al jerife Muhammad Al-Mutawakkil, derrocado del sultanato sa’dí dos
años antes, por su tío Muley Abd el-Malik. La memoria de aquella
trascendental batalla, tanto para Portugal como para Marruecos, puso
el acento en la impactante muerte de los tres gobernantes; pero la
derrota fue definitiva para el ejército cristiano, que pagó la aventura del
joven rey portugués con miles de soldados muertos y alrededor de 15
mil cautivos . Entre éstos últimos se encontraba Henrique de Sousa.
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25 Ags, Estado, 484, f. 145. Véase una narración contextualizada en Bernard Vincent,
1558: Mostaganem, el desastre del ejército español, en Xosé M. Núñez Seixas
(coordinador general), Historia Mundial de España, parte IV. Una monarquía policéntrica,
José Javier Ruiz Ibáñez coordinador, Destino, Barcelona, 2018, pp. 261-267.
26 Agi, Quito, 24, n. 25.
27 Ibidem.
28 Ags, Estado, 397, c. 80. «Listas de los caballeros y personas notables que murieron
o fueron cautivos en la batalla». Algunos testimonios sobre los resultados de la batalla
eran más catastróficos, como el recogido por Cristóbal de Moura por un negociante de
cautivos en Lisboa: «El judío que vino a tratar destos negoçios, como tengo escrito, afirma
que valió el despojo de la batalla más de millón y medio y que los cauptivos fueron veinte
Mediterranea - ricerche storiche - Anno XV - Dicembre 2018 n.44
ISSN 1824-3010 (stampa) ISSN 1828-230X (online)