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«Sirviendo en la paz y en la guerra con mucha fidelidad» 435
Los informantes que llegaban a Gibraltar reportaban hasta 80 mil
caídos. Entre los muertos estaba Antonio Lopes de Sousa, hijo de don
Diogo Lopes de Sousa, gobernador de la Casa de lo Civil, tribunal de
alzada real en Lisboa, y primo de Henrique de Sousa. Además de la causa
por la defensa de la fe de Cristo, los Sousa compartían con don Sebastián
la edad: 24 años. Los dos jóvenes acudieron al llamamiento de armas
hecho por su rey y señor natural. Los tres formaban parte de una
generación de nobles portugueses entusiasmada por las expectativas que
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deparaba una nueva empresa arropada por el ideal de cruzada . Pero, a
diferencia de Antonio y don Sebastián, sólo Henrique volvió con vida,
aunque algunos años después y a cambio de 5 mil ducados.
Tras el cautiverio en Argel, Marañón pudo regresar a Castilla en
1561, muy probablemente dentro del grupo vinculado al rescate de don
Martín de Córdova. En tanto que, don Henrique pudo retornar a
Portugal como parte de las negociaciones a que dio lugar el rescate de
ochenta caballeros fidalgos, encabezadas por los embajadores de Felipe
II ante el nuevo jerife de Fez, Ahmad Al Mansur.
Mientras Marañón y Sousa recuperaron la libertad tras los
primeros años de su captura, muchos de quienes habrían estado bajo
su mando sólo pudieron hacerlo décadas después y con muchos
esfuerzos. Así, el propio Henrique de Sousa, ya como gobernador de la
Casa da Relaçao de Oporto, intervino en la redistribución de recursos
destinados a pagar las deudas del sonado rescate de los ochenta
fidalgos -del que él mismo formó parte-, para emplearlos en la
redención de cautivos pobres que continuaban en Fez, casi tres
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décadas después de la batalla funesta .
El monto por el que los dos soldados del rey fueron rescatados
resulta exorbitante y sospechosamente coincidente: 5 mil ducados. Da
cuenta de los límites que experimentaban las mediaciones en las
operaciones comerciales del rescate de cautivos. En una de sus últimas
solicitudes al rey, Esteban Marañón señalaba como uno de sus mayores
mil», Ags, Estado, 397, f. 37, Cristóbal de Moura a Felipe II. Sobre los cautivos de la
llamada “campaña de África” ver F. Rodríguez Mediano, Portugueses en Marruecos:
cautivos de la batalla de Alcazarquivir, en R. M. Loureiro y S. Gruzinski (ed.) Passar as
fronteiras: actas do II Colóquio Internacional sobre Mediadores Culturais. Séculos XV a
XVIII (Lagos-outubro 1997), Centro de Estudos Gil Eanes, Lagos, 1999, pp. 39-62. Sobre
la tradición literaria que originó la batalla L. Valensi, Fables de la mémoiré. La glorieuse
bataille des trois rois. 1578: souvenirs d’une grande tuerie chez les chrétiens, les juifs et
les musulmans, Seuil, París, 1992, p. 317.
29 C. Margaça Veiga, Os jovens na efervescência dos anos de 1578 a 1581: utopia e
realidade, en O sebastianismo. Política, doutrina e mito (sécs. XVI-XIX), Academia
Portugesa da Historia/Colibrí, Lisboa, 2004, pp. 185-194.
30 Antt, Corpo Cronológico, III, maço 27, doc. 34. Henrique de Sousa al rey. 24 abril
1605.
n.44 Mediterranea - ricerche storiche - Anno XV - Dicembre 2018
ISSN 1824-3010 (stampa) ISSN 1828-230X (online)