Page 36 - 1
P. 36
Bautista (saggi)_1 14/12/18 09:30 Pagina 448
448 Gibran Bautista y Lugo
La gracia
Las aspiraciones de los cuatro mediadores de la monarquía que
son objeto de este estudio, fueron respondidas en tiempos diversos y
de maneras distintas por la gracia de los reyes a quienes sirvieron. En
tres casos, los de Sousa, Tapia y Manso, su ingreso en la nobleza
titulada estuvo ligado a su participación en la arquitectura sinodal de
la corte de Madrid. Su acción como miembros de los consejos
territoriales marcó un punto decisivo de su acceso a la gracia real.
Henrique de Sousa fue nombrado miembro del Consejo de Portugal en
1613; Carlo Tapia, después de consolidar su fulgurante carrera judicial
en diversos foros del reino de Nápoles, fue llamado al Consejo de Italia,
del que fue regente entre 1612 y 1624. En tanto que Francisco Manso,
tras desempeñar cargos medios en el Consejo de Hacienda, fue hecho
consejero de Indias en 1622, cargo que retuvo cuando llevó a cabo su
arzobispado en México y del que sólo quedó fuera al ser presentado
para el arzobispado de Burgos.
El caso de Esteban Marañón fue distinto. Su nombramiento como
alcalde del crimen de la Audiencia de Lima, la más acaudalada
jurisdicción de las Indias Occidentales, constituyó un punto de
arranque para el reconocimiento de los méritos y servicios que
acumulaba desde sus actuaciones como alcalde mayor en Orán. El
ámbito indiano donde Marañón encontró la gracia real. Doña Silvia de
Aranda, viuda del soldado letrado, se lamentaba ante el Consejo de
Indias por el empobrecido final de su marido, cuyo entierro pudo
efectuarse gracias a las limosnas de los vecinos de Quito. Pero fue
precisamente en esta capital de la monarquía, donde Marañón
ascendió más alto, como presidente de la Audiencia Real, y donde
encontró los medios para enganchar a su hijo con don Beltrán de
Castro, una de las vertientes de los condes Lemos, que entonces
comenzaba su acenso en la corte de Madrid .
78
A diferencia de la familia Marañón, varada en Quito al alba del
siglo XVII, don Henrique de Sousa nació en el seno de una familia
noble. Fidalgo portugués, Sousa heredó, por vía paterna, los señoríos
de Oliveira do Bairro y Miranda do Corvo, y por la de su madre, los de
Vauga y Podentes. Más tarde, don Henrique fue nombrado alcalde
mayor de Arronches y después comendador de la albaladía de la orden
79
de Santiago . Sin embargo, su mayor recompensa sobrevino en marzo
de 1611, cuando recibió el título de conde de Miranda do Corvo con
78 V. Favarò, Los Lemos..., cit.
79 Manuel de Sousa, Theatro histórico, genealógico, y panegírico erigido a la
inmortalidad de la Excelentissima casa de Sousa…, Imprenta real, París, 1694, p. 794.
Mediterranea - ricerche storiche - Anno XV - Dicembre 2018 n.44
ISSN 1824-3010 (stampa) ISSN 1828-230X (online)