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«Sirviendo en la paz y en la guerra con mucha fidelidad» 443
Manso, que seculares, como lo fueron los parientes de Tapia, o expertos
en los dos derechos, como lo fueron ellos mismos. Ambos jueces
llevaron a cabo actuaciones semejantes de cara a los intereses de otros
grupos en sus propias regiones, el Abruzzo y la Rioja, respectivamente.
De acuerdo con Gaetano Sabatini, los primeros cargos de Carlo
Tapia como oidor del Principado Ultra, entre 1588 y 1591, y como
miembro de la audiencia de Salerno, lo llevaron a hacer frente a la
especulación de grano fomentada por algunos señores de la tierra de
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aquellas provincias . Se trataba de las primeras confrontaciones que
Tapia sostuvo con los miembros de la nobleza territorial, en las que
contó con el respaldo del virrey don Juan de Zúñiga y Avellaneda,
conde de Miranda (1586-1595). Tiempo después, esta firme oposición
encausaría su defensa del grupo de los togados como consejeros
primordiales del príncipe, tanto en los foros judiciales en los que Tapia
administraba justicia, como en las disputas de los cuerpos colegiados
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en los que participó y aún, en diversas obras de su prolífica pluma .
Su labor reformadora en el principado Ultra, así como las enseñanzas
que tanto su padre como su tutor le transmitieron sobre la función
primordial de los jueces, se reflejaron en sus eruditas disertaciones,
plenas de pasajes donde exhibe la conciencia que poseía de su acción
mediadora como articuladora de las necesidades de las comunidades
(universidades) y la afirmación de la autoridad real, en detrimento de
los intereses de los barones .
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De forma similar, Tapia actuó contra la concentración de grano,
los problemas de los feudos y en defensa de los derechos de las
comunidades de Capuana y sus productores, como su consejero
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representante en el Sacro Consejo Real, a partir de 1597 . En el
ejercicio de esta dignidad, en la que permaneció por 15 años, Tapia fue
colaborador cercano del virrey don Enrique de Guzmán, segundo conde
de Olivares (padre del conde duque, 1595-1599); y de los sucesivos
condes de Lemos, quienes representaron la majestad real en la corte
de Nápoles entre 1599 y 1616 .
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59 G. Sabatini, Un precursore... cit, pp. 6-11.
60 Algunos años después de concluir su magna recopilación de leyes del reino de
Nápoles, Tapia escribió De Praestantia Regalis Cancellariae Neapolitanae, Nápoles, 1632.
Véase G. Sabatini, Un precursore... cit., 2006, p. 10.
61 R. Bonavolontà, Il Principato Ultra nel regno di Napoli, Apes, Roma, 2008, pp. 41-47.
62 Ags, Sp, Lib. 154, 315.
63 Con excepción del periodo 1603-1610, en que gobernó el virrey Juan Alonso
Pimentel de Herrera, conde de Benavente, los Lemos, don Fernando Ruiz de Castro y
sus hijos Pedro y Francisco, ocuparon el virreinato napolitano. Véase V. Favarò,
Gobernar con prudencia. Los Lemos, estrategias familiares y servicio al Rey (siglo XVII),
Editum/Red Columnaria, Murcia, 2016, pp. 77-87.
n.44 Mediterranea - ricerche storiche - Anno XV - Dicembre 2018
ISSN 1824-3010 (stampa) ISSN 1828-230X (online)