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                   Hace cincuenta años se había llegado a escribir que la historia de los
                Tiempos modernos era una historia inmóvil.  Los trabajos de las décadas
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                finales del siglo XX y de las primeras del XXI han demostrado que esta
                visión era equivocada. Pero no deberíamos olvidar que las propuestas de
                los años 1960-1970 estaban basadas sobre la ambición de una historia
                total en la cual el campesinado tenía un protagonismo esencial. Durante
                los siglos XVI, XVII y XVIII los campesinos representaban en cualquier
                parte del mundo el 80 o el 85% de la población total. Y muchos campe-
                sinos se desplazaban poco, yendo al mercado cercano a su pueblo, a la
                romería de su comarca, casándose a menudo con una vecina y muchas
                veces con una parienta. Si los estudios sobre la movilidad han sido pos-
                teriormente necesarios y fecundos han tendido a destacar individuos o
                grupos privilegiados que han dejado bastantes huellas en la documenta-
                ción archivística y desgraciadamente han descuidado la mayoría de las
                gentes. ¿Donde están las reconstituciones de redes sociales de habitantes
                del mundo rural? Curiosamente la obra de Giovanni Levi ha raramente
                suscitado estudios de la misma índole en las áreas ibéricas.
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                   Veo en el dossier aquí reunido una propuesta prometedora. El objetivo
                sería reunir lo mejor de cada etapa historiográfica, introducir mesura,
                matices, equilibrio. Es extraño que el estudio de la movilidad no haya
                sido acompañado del de la estabilidad como si la gran mayoría de la gente
                móvil, voluntariamente o forzosamente, no aspiraría a una estabilidad,
                inédita o renovada. El mejor ejemplo en este dossier nos está ofrecido por
                Luis Miguel Córdoba cuando examina los pedidos de licencia de los fo-
                rasteros, portugueses e italianos, instalados en Cartagena. Lo que los
                unos y los otros esperan es una vida más segura y más estable.
                   La estabilidad no significa sin embargo inmovilidad. Cada uno se des-
                plaza poco o mucho, ocasionalmente o repetidamente y / o se aprovecha
                de la labor de los intermediarios. Todas estas movilidades deben estar
                contempladas y estar puestas en relación con las movilidades de larga
                distancia. Este trabajo es imprescindible si queremos medir de manera
                satisfactoria a dónde y con qué velocidad los efectos de los intercambios
                (ideas, escritos, imágenes, plantas, animales, dinero bajo todas sus for-
                mas, productos de todos tipos...) se han producido. Extender el campo
                de las movilidades permitirá entender mejor las realidades de lo que se
                suele llamar globalización, sus límites como sus logros.





                   3  G. Bouchard, Le village immobile. Sennely en Sologne au XVIII° siècle ; Paris, Plon, 1972;
                E. Le Roy Ladurie, L'histoire immobile, Annales, E. S.C., 29 e  année, 1974, pp. 673-692.
                   4  G. Levi, L'eredita immateriale; carriera de un esorcista nel Piemonte del Seicento,
                Torino, Einaudi, 1985.



                Mediterranea - ricerche storiche - Anno XVIII - Dicembre 2021
                ISSN 1824-3010 (stampa)  ISSN 1828-230X (online)
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