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668 Martín Wasserman
De esta manera, si las tasas efectivamente aplicadas eran definidas
por el retorno mínimo que el acreedor esperaba de la comercialización
que el crédito habilitaba , las mismas se hallaban sumergidas en el
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capital principal e incorporadas contablemente a éste, en función de
aquellos tabiques jurídicos vigentes que impedían visibilizarla. Su
opacidad, por lo tanto, limitaba la función de la tasa de interés como
señal mercantil que permitiera orientar la asignación de recursos cre-
diticios.
No parecía ser la tasa de interés, por lo tanto, la variable a la que
los escribanos habrían de recurrir para fidelizar acreedores. Antes
bien, el margen diferencial podía encontrarse en su manejo de la in-
formación y por lo tanto del riesgo a ella asociado . Y si el modo de
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gestionar la información incidía en la capacidad del escribano para
captar y fidelizar clientela en el terreno crediticio, ciertas singularida-
des concernientes a este punto pudieron explicar el desempeño dife-
renciado de la Escribanía 6, a cargo de García de Echaburu.
El Registro 6 no sólo contaba con una mayor cantidad de deudores
certificados como resultado de un mayor volumen de escrituras rubri-
cadas, sino con una elevada proporción de deudores recurrentes – esto
es, aquellos que recurrían a la misma escribanía en más de una oca-
sión en el término de un año para obtener crédito – : el 21.29% de sus
deudores eran recurrentes, mientras que en los Registros 5 y 3 esa
recurrencia disminuye al 19.48% y 9.02% de sus deudores respecti-
vamente (véase Anexo II). En otros términos, el registro que más can-
tidad de deudores reportó era, a su vez, aquel que más intensivamente
colocaba crédito entre sus propios clientes .
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Ello indica que un mayor volumen de tomadores, derivado de una ma-
yor dinámica de escrituración, habilitaba al escribano García de Echa-
buru la posibilidad de apelar a un expansivo universo de clientes como
campo para generar conexiones contractuales, ofreciendo a los acree-
dores un entorno de riesgos atenuados, toda vez que buena parte
36 Sobre el tópico, véase E. Tello Aragay, El papel del crédito rural en la agricultura
del Antiguo Régimen: desarrollo y crisis de las modalidades crediticias (1600-1850), «No-
ticiario de historia agraria», n°7, 1994, p. 18.
37 En este sentido, el supuesto según el cual los precios representan la variable
prioritaria en la creación de incentivos es, antes bien, un constructo teórico que no
siempre es validado fácticamente. Tal como lo señalasen Stiglitz y Weiss, el análisis
empírico de los mercados crediticios contemporáneos sigue sugiriendo que los incenti-
vos provistos por la gestión de los riesgos derivados de la información imperfecta resul-
tan prioritarios por sobre los incentivos generados por la tasa de interés. Véase J.
Stiglitz, A. Weiss, Credit Rationing in Markets with Imperfect Information, «The American
Economic Review», 71 (3), 1981, pp. 393-410.
38 Para un análisis sobre estos datos, véase M. Wasserman, El escribano y la mano
visible cit.
Mediterranea - ricerche storiche - Anno XVIII - Dicembre 2021
ISSN 1824-3010 (stampa) ISSN 1828-230X (online)