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308 Antonio J. Díaz-Rodríguez
Volviendo los pasos hacia la capilla del licenciado Andrés Chirino
hallamos la de los Santos Reyes (en referencia a los tres magos del
Evangelio de Mateo: Melchor, Gaspar y Baltasar). Se trata de una fun-
dación llevada a cabo por el licenciado Baltasar Nájera de la Rosa,
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intermediario activo en el mercado curial cordobés . Era primo del
curial Gaspar de la Guerra y, de hecho, ambos negociaron la sucesión
en su ración de la catedral en cabeza de Martín de la Guerra por medio
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de una bula de coadjutoría .
Nájera de la Rosa compró el espacio en 1614, si bien las condiciones
de erección, dotación y ornamento de la misma las dejó especificadas
en su testamento de 1624 . Agregó a su fundación la capellanía que
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ya poseía en calidad de patrono y capellán, erigida por su tío, Alonso
de Cárdenas y Orbaneja, canónigo de la Real Colegiata de San Hipó-
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lito . Por su testamento, el tío había mandado que su capellanía se
sirviera en la iglesia de San Pedro; el sobrino acrecentó la renta y la
trasladó a su capilla funeraria en la catedral .
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Como puede verse en la imagen, la portada de la Capilla de los San-
tos Reyes está dominada por la imagen de la Limpia Concepción, flan-
queada por los escudos de armas de Nájera de la Rosa. Habrá podido
80 El primer contrato que he podido documentar a su nombre para un negocio curial
fue para la dispensa matrimonial encargada por Juan López Rubio, labrador de la villa
de Doña Mencía, por dieciséis ducados de oro, el 8 de enero de 1611. Ahpco, Protocolos
Notariales de Córdoba, leg. 10.762-P, 32r.-33r.
81 Para ello el curial Guerra hubo de hipotecar sus bienes por un censo de mil cua-
trocientos ducados en favor del fisco del Santo Oficio, dado que no disponía de dinero
suficiente en efectivo para hacer frente al pago en Roma. Actuó como avalista del prés-
tamo su yerno, Bartolomé de Fontecilla, al que pidió que esperara a que Martín de la
Guerra tomara posesión efectiva de la prebenda para hacer frente al pago de la deuda,
en caso de cumplimiento del censo. Ahpco, Protocolos Notariales de Córdoba, leg.
10.763-P, 125r.-v.
82 M. Nieto Cumplido, La Catedral de Córdoba, cit., p. 429.
83 Acco, Capellanías, leg. 7.027, 73r.-v. Era hijo de Andrés de Orbaneja, con ente-
rramiento familiar en San Pedro. En opinión de muchos y entre ellos del también canó-
nigo de San Hipólito, Bartolomé Ruiz de Carrasquilla, linajudo de cierto renombre en
la Córdoba de la primera mitad del Seiscientos, los Orbaneja eran gente rica y de lustre,
pero muy “confesos” con antepasados penitenciados por el Santo Oficio. La nota infa-
mante era tan generalizada en la ciudad que impidió la entrada en instituciones con
estatuto de limpieza (como a Juan de Vergara en la cofradía de San Zoilo, por el hecho
de ser yerno del escribano Cristóbal de Orbaneja, hijo del escribano Martín Sánchez de
Orbaneja “Vitistal”), o les creó enormes problemas durante años, como a los hermanos
Francisco y Juan de Mendoza (nietos del escribano Diego García de Orbaneja, hijo de
Beatriz Ruiz de Orbaneja y del escribano Pedro Sánchez de Montemayor alias Pedro
Sánchez “el Grande”). Sobre ello puede verse A.J. Díaz Rodríguez, El clero catedralicio
en la España Moderna: los miembros del cabildo de la catedral de Córdoba (1475-1808),
cit., pp. 411-416.
84 El testamento de Alonso de Cárdenas y Orbaneja, dado el 3 de enero de 1597, en
Ahpco, Protocolos Notariales de Córdoba, leg. 12.812-P, 6r.-8r.
Mediterranea - ricerche storiche - Anno XVI - Agosto 2019 n.46
ISSN 1824-3010 (stampa) ISSN 1828-230X (online)