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10 Cristina Bravo Lozano
imprudencia, la rápida actuación de tres lacayos permitió rescatar al
aterrorizado soberano, impidiendo que fuera arrastrado por la co-
rriente como el animal .
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La experiencia vivida por Carlos II, todavía bisoño en el arte de la
equitación, tuvo lugar apenas un mes después de la solemne cabal-
gata que recorrió las principales calles de Madrid con ocasión de la
recuperación de la ciudad de Messina. En aquella salida pública desde
el Palacio Real hasta el convento de Nuestra Señora de Atocha, el rey
mostró públicamente sus aptitudes en la monta ecuestre. Esta dote,
fundamental en el oficio de la majestad, no debía ser inherente en el
joven monarca. Según las murmuraciones cortesanas, el propio dom
Duarte afirmó cómo el equino estuvo «toda a noite em centinella» y,
por la mañana, «andou hum homen correndo até o cansar» para do-
marlo y prevenir cualquier accidente durante el recorrido . No se tra-
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taba de una función menor. Tras las jornadas reales a Aragón para la
jura de los fueros y demostrar la unión política del soberano con sus
vasallos, las diversas interpretaciones coetáneas sobre la aparición
ecuestre de Carlos II ponen de relieve la trascendencia del acto . En
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esta representación se puso de manifiesto la rigurosa observación del
ceremonial cortesano, el desarrollo de tan solemne festividad, la cali-
dad social y política de los asistentes y, en definitiva, el simbolismo
que rodeaba a la real acción de gracias por el restablecimiento de la
autoridad hispana en el reino de Sicilia.
Restituir Messina: la conservación territorial de la Monarquía en
un tiempo de tribulación
La revuelta de Messina, espoleta de un conflicto de amplio calado
en el Mediterráneo central, estalló el 7 de julio de 1674 . El inopinado
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levantamiento político, en cambio, llevaba anunciándose desde tiempo
atrás. Las diferencias existentes entre las dos urbes principales del
reino sículo, Palermo y Messina, se habían acrecentado en la segunda
mitad del siglo XVII. Esta disputa no era nueva. El éxito de la Sicilia
1 Carlos II aprendió a montar a caballo con cerca de diez años. G. Maura Gamazo,
Vida y reinado de Carlos II, Aguilar, Madrid, 1990, p. 129, nota 5.
2 Antt, Ministério dos Negócios Estrangeiros, Caixa 913. Minuta de carta de Duarte
Ribeiro de Macedo al secretario de Estado portugués. Madrid, 19 de mayo de 1678.
3 Antt, Ministério dos Negócios Estrangeiros, Caixa 913. Minuta de carta de Duarte
Ribeiro de Macedo al secretario de Estado portugués. Madrid, 5 de mayo de 1678.
4 F. Fabro Bremudans, Viage del rey nuestro señor don Carlos II al reyno de Aragón,
Imprenta de Bernardo de Villadiego, Madrid, 1680.
5 F. Benigno, Lotta politca e sbocco rivoluzionario: rifflessioni sul caso di Messina
(1674-1678), «Storica», 13 (1999), pp. 7-56.
Mediterranea - ricerche storiche - Anno XVII - Aprile 2020
ISSN 1824-3010 (stampa) ISSN 1828-230X (online)