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           que  era  el  oficial  que  ordenaba  cómo  debía  ir  todo  organizado  y
           estibado  en  la  nave  y  cómo  cada  uno  debía  ir  en  el  lugar  que  le
           correspondía, incluidos los demás miembros de la tripulación.


           8. La madera, que mantiene la estructura de la nave

              Los mercaderes cuyos libros mercantiles analizamos no siempre
           explicitaban en sus asentamientos a qué piezas de madera estaban
           haciendo referencia, a veces, utilizaban el genérico «fusts». Pero, en
           otras ocasiones sí daban cuenta claramente de las piezas que llevaban
           a bordo, así, lo hacía Jaume Tarascó en su primer libro (1334-1338).
           Asentó diversas piezas de madera, así como, el flete que cobró por ellas,
           por ejemplo: «Ítem, ... per XXVIII tirans» 59  (cobró de flete 15 libras y 8
                                                                   60
           sueldos). Asentó, asimismo, «Ítem, ... per XXII dobbleres» .
              El  primer  registro  contable  del  escribano  Jaume  Tarascó  dará
           cuenta  de  otras  piezas  de  madera  que  viajaban  a  bordo  de  las
           embarcaciones  por  el  Mediterráneo,  piezas  todas  ellas  que  nos
           brindarán una imagen interesante de la utilización de este material,
           tanto en la construcción de la estructura del buque, es decir, de la
           superficie que permanecerá bajo el agua, como de la parte que irá fuera
           del agua a merced del sol y de los golpes de mar. Estas piezas, que
           durante una navegación tranquila no están en contacto permanente
           con el agua de mar, pero sí con el sol o el agua de la lluvia, podríamos
           calificarlas como piezas, por así decirlo, de menor peso en la estructura
           del buque –si bien muy necesarias, por ejemplo, para identificar las
           naves  . Asentará, de esta manera, el escribano de la nave, las piezas
           y su peso: «... Iª mola de costurs a l’estandart» (30 libras); «Ítem, ... I
           cap de colones que/ fiu venir a nau» (6 cargas 61  10 libras); «Ítem, ... I




              59  El tirant era una viga, en este caso, parece que las vigas que iban a bordo no eran
           para la nave, a no ser que se presentase una urgencia o peligro para la navegación.
           Jaume Tarascó asentó, además de las vigas, otras piezas de madera   –muebles– que
           pertenecían a dos mercaderes mallorquines, Pere Balot y Pere de Quart, y que estos
           transportaban, .XIIII. erquibanchs por los que pagaban de flete 1 libra y 8 sueldos, así
           como «.L. / lits» por los que pagaban 5 libras de flete. Libro II, fol. 7r.
              60  Las dobleres, dobler o doblero era una pieza de madera de unas dimensiones
           concretas, que variaba en función de los diversos tipos que recibían esta denominación.
           Estas piezas pertenecían a otro mercader isleño, Ffran de Malorque y pagaba por las
           piezas de madera 5 libras de flete. Libro II, fol. 7r.
              61  La carga era una medida de peso que tenía diferentes valores, normalmente el
           valor lo determinaba el mercado más cercano. Cada mercado tenía un área o zona de
           influencia en la que se utilizaban sus medidas –de longitud, altura y anchura- y también
           los pesos que quedaban sometidos a estas áreas de influencia de los mercados y ferias;
           estos valores se modificaban cuando se llegaba al límite geográfico de otro mercado, que



           Mediterranea - ricerche storiche - Anno XIV - Dicembre 2017    n.41
           ISSN 1824-3010 (stampa)  ISSN 1828-230X (online)
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