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674 M. Elisa Varela-Rodríguez
11. A modo de conclusión
La primera idea, a modo de conclusión, es la relativa sorpresa
provocada por la gran variedad de materiales registrados en los libros
de contabilidad mercantil que tienen que ver con la construcción,
botadura, reparaciones, mantenimientos y constante cuidado de las
naves dedicadas al comercio. Aunque era natural y fácilmente
compresible porque era uno de los elementos más importantes del que
disponían para mantener sus negocios y su propia vida y la de sus
familiares embarcados. El mantener las naves en el mejor estado de
navegabilidad no solo facilitará los negocios, sino que garantizará la
vuelta al lado de la familia.
Al examinar con detenimiento los muchos materiales asentados en
los libros de cuentas de los mercaderes mencionados se debe tener
muy presente que siempre surgen dudas razonables sobre si algunos
de estos materiales registrados -y, sirva a modo de ejemplo la compra
de «Iª libra de candelas» (de velas), o la compra de cantidades, a veces
no muy importantes, de hilo- se utilizaban a bordo o formaban parte,
junto con otros materiales, de alguna de las pequeñas comandas
contratadas entre algunos de los muchos mercaderes que comparecen
en los libros examinados y algún familiar, vecino o conocido o de las
muchísimas mujeres del barrio de la Ribera que contrataban pequeñas
comandas con estos mercaderes, en muchas ocasiones por la relación
de confianza que tenían con Francesca, la mujer de Bernat de Tarascó,
y que serían mercancías que utilizarían para funciones y finalidades
muy diversas, entre ellas en el caso del hilo, de las cuerdas finas, de
las redes finas para embalar y estibar algunas mercancías.
Sorprende que dada la cantidad significativa de los diversos tipos
de maderas asentadas en los registros contables de los mercaderes
Tarascó, Benet, Mitjavilla, no aparezcan registradas cantidades
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importantes de estoperoles («esstoparolls») .
En una cuenta registrada al mercader Guillem Serra, Jaume
Tarascó le compró: «Prasem d’en Guillem Sera, dimecres/ a XXVIII de
83 Libro III, fol. 21v, col. b. Recibían la denominación de estoperoles (esstoparolls) o
los clavos cortos de cabeza gruesa que servían para clavar las planchas de las
embarcaciones, o las latas o piezas de madera delgadas que reforzaban su la estructura
o la mecha hecha de filástica hilos gruesos y retorcidos con los que se formaban los
cabos, las jarcias y todas las cuerdas usadas por los marinos. Si se trataba de los clavos
se registraban por centenares, millares, etc., si se trataba de la filástica se contaba por
balas. En los asentamientos de este folio del libro de Jaume Tarascó y en algunos
posteriores se trataba de clavos. Un poco más adelante, en otra partida, el mercader
daba cuenta de una pérdida importante, viajaba –1347– en un laúd: llaüt, que en una
de las travesías se quemó, parece que accidentalmente. Libro III, fol. 33v, col. a.
Mediterranea - ricerche storiche - Anno XIV - Dicembre 2017 n.41
ISSN 1824-3010 (stampa) ISSN 1828-230X (online)