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Muntaner y la batalla de los Caballeros de la Muerte (Gagliano, febrero de 1300) 517
nuevo el conflicto por la posesión de Sicilia, el conde volvió a ser uno
de los hombres a quien el entonces rey de Nápoles, Carlos II, confió la
defensa de la tierra. En efecto, en julio de 1296 fue nombrado capitán
general de la Tierra de Otranto y de toda la Apulia, con el encargo
expreso de asumir la defensa del puerto de Brindisi. En el desempeño
de estas funciones volvió a vérselas con las tropas catalanosicilianas,
esta vez con peor suerte todavía que en las anteriores: en agosto de
1296, en una nueva operación relámpago, un contingente de
almogávares asaltó y capturó Lecce, y parece que el conde, que se
hallaba dentro de los muros de la plaza, murió espada en mano
defendiéndola contra los atacantes.
Fallecido Hugo, su hijo Gautier heredó los condados de Brienne,
Lecce y también el de Conversano (obtenido por su padre hacia 1290).
En 1299 acompañó a Roberto de Anjou, entonces duque de Calabria,
en su expedición contra Sicilia, llevado probablemente no sólo por el
deber de servir a la casa de Anjou, sino también por el deseo de vengar
la muerte de su padre. Fue quien asumió el mando del bando angevino
en la jornada de Gagliano, y a juzgar por el testimonio de las fuentes,
lo hizo con más arrojo y corazón que cabeza. Sobrevivió a la batalla,
però cayó preso en manos de las tropas de Federico y permaneció
cautivo hasta la firma de la paz de Caltabellota (1302). En 1308 heredó
el ducado de Atenas tras la muerte sin descendencia del duque Gautier
II de la Roche, primo de su madre Isabel, y se instaló en tierras griegas.
El resto de la historia es bien conocido: en 1310 se hizo con los
servicios de la Compañía Catalana, que en aquel momento acababa de
atravesar tierras tesalias, para utilizarlos en sus campañas contra
varios enemigos fronterizos, como así hizo; luego, sin embargo,
discrepancias en el pago de los sueldos debidos a las tropas y de otra
índole le llevaron a romper con este cuerpo mercenario. La situación
de tensión degeneró en un enfrentamiento armado, y un 15 de marzo
del año 1311, acompañado por lo más granado de la caballería
francesa que habitaba el Ducado de Atenas, el duque se batió con los
almogávares en Halmiros. El lance con este enemigo maldito de la casa
de Brienne se saldó – una vez más – con un resultado catastrófico:
Gautier V perdió la batalla, el Ducado y la vida.
A parte de Brienne, entre los vencidos había otro personaje que
ostentaba el rango de conde: Speciale se refiere a él como el «comes
Vallis Montis». Se trataba, sin duda, de Enrique II de Vaudémont, hijo
del conde Enrique I y de Margarita de la Roche, otra de las hijas del ya
antes mencionado duque de Atenas Guido I; los dominios de su
condado se extendían a caballo de las tierras de los condes de Bar y de
los duques de Lorena. Ya su padre Enrique I había colaborado con la
causa angevina: formó parte del pequeño séquito con el que el 15 de
mayo de 1265 zarpó desde el puerto de Marsella Carlos de Anjou, quien
n.41 Mediterranea - ricerche storiche - Anno XIV - Dicembre 2017
ISSN 1824-3010 (stampa) ISSN 1828-230X (online)