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           Siciliae por Carlos II.  En ese mismo año partió para Francia, donde
           permaneció hasta fines de 1307, ocupado en asuntos relacionados con
           la gestión de su patrimonio en aquel reino. A su regreso a Nápoles, la
           corona le entregó tierras en  Vico, Arce, Ischitella y otros puntos de
           Tierra de Labor.  La última noticia que se conoce de él es que en 1308
           se le nombró condestable del reino; a partir de entonces su pista se
           pierde en la historia.
              Es  preciso  advertir  que  no  todos  los  comandantes  del  bando
           angevino  pertenecían  a  la  nobleza  franca;  también  los  había
           procedentes de ilustres dinastías latinas, enraizadas en el meridión
           italiano desde antes incluso de la creación del Regnum Siciliae en el
           siglo XII. Uno de ellos era Tommaso da Procida, cuyo perfil difería
           bastante  del  de  sus  conmilitones,  entre  otras  cosas  porque  sus
           antepasados más inmediatos no habían sido precisamente los más
           fervientes  partidarios  de  la  dinastía  Anjou,  sino  más  bien  todo  lo
           contrario:  era  el  segundo  hijo  de  Giovanni  da  Procida,  el  gran
           diplomático  y  médico  del  emperador  Federico  II  al  que  la  leyenda
           atribuye el papel de principal muñidor y alentador de la revuelta de los
           sicilianos contra Carlos I. Para Giovanni, el tratado de Anagni de 1295
           había supuesto un vuelco radical en su vida, que le había obligado a
           buscar la reconciliación con el enemigo al que durante tantos años
           había combatido desde su influyente posición de consejero al servicio
           de los reyes de la casa de Aragón: en efecto, en 1297 había obtenido el
           perdón de la Iglesia y el de Carlos II, quien le había reconocido la
           posesión de sus bienes en el reino de Nápoles. Dicho patrimonio fue
           heredado  a  su  muerte,  acaecida  en  1299,  por  Tommaso,  su
           segundogénito, quien a partir de entonces se convirtió en un partidario
           activo de la causa angevina y participó en la fase final del conflicto
           siciliano. Superviviente de Gagliano, ostentó durante los reinados de
           los angevinos Carlos II y Roberto I los títulos de señor de Ischia, Procida
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           y Capri. Murió en mayo de 1321 .
              Poco es lo que conocemos acerca de la peripecia vital de los otros
           caballeros que según Speciale lucharon en la batalla. Así, no se sabe
           a qué figuras históricas pueden corresponder los nombres de «Oliverius
           de Berlinzone» y «Robertus de Cornario» que el cronista de Noto cita en
           su relato. Por otra parte, detrás del de «Gualterius de Noe» hay que




              41  Tratan el personaje de Juan de Prócida, entre otros, M. Amari, La guerra cit., ad
           indicem; H. Wieruszowski, Politics and culture in medieval Spain and Italy, Edizioni di
           Storia  e  Letteratura,  Roma,  1971,  pp.  173-223;  F.  Soldevila,  Pere  el  Gran,  Institut
           d’Estudis Catalans, Barcelona, 1995, vol. I, pp. 226, 377-378 y 472; S. Runciman,
           Vísperas Sicilianas: una historia del mundo mediterráneo a finales del siglo XIII, Alianza,
           Madrid, 1979, passim.



           Mediterranea - ricerche storiche - Anno XIV - Dicembre 2017    n.41
           ISSN 1824-3010 (stampa)  ISSN 1828-230X (online)
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