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20 Cristina Bravo Lozano
Grandes iban a caballo, distribuidos de manera jerárquica por la an-
tigüedad de su linaje aristocrático . Entre ellos, se encontraron miem-
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bros de distintos los consejos territoriales y temáticos como imagen
corporativa del gobierno monárquico.
En observancia de la sanción regia, y pese a ciertas reservas diplo-
máticas, Juan José de Austria galopó «con el brío heredado de su glo-
rioso padre» delante y a corta distancia de Carlos II, núcleo de la ca-
balgata y centro de todas las atenciones . El monarca fue recibido
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entre aplausos, vítores y aclamaciones. Su rostro, se decía, eviden-
ciaba la solemnidad del acto, cuyo ceremonial había de controlar con
soltura . En este lenguaje gestual y simbólico, y a decir del cronista
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del acto, Carlos II también mostró su alegría por rodearse de sus va-
sallos, recibir su cariño y compartir con ellos el mantenimiento de la
integridad de la monarquía que gobernaba y de la que formaban parte.
Continuando el cortejo real, delante de su caballo iban dos hileras de
lacayos. Al lado derecho se ubicó el caballerizo mayor conde de Talhara,
mientras que al izquierdo marcharon caballerizos y pajes . Inmediata-
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mente después de Carlos II, como dictaban sus prerrogativas, le seguían
el nuncio pontificio Savo Mellini, sobre una mula en tanto dignidad ecle-
siástica, y Federico Cornaro, representante de la república de Venecia,
también a caballo . A su lado iba condestable de Castilla, cuya ubicación
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en calidad de mayordomo mayor se calificó de inusual respecto al modelo
establecido . A diferencia del nuncio, que disimuló y no declaró pública-
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mente su disconformidad, el ministro veneciano amenazó con abandonar
in situ la cabalgata al sentir vulnerados sus privilegios. Sin embargo, el
ímpetu inicial se templó con la prudencia diplomática y el aplazamiento
de la vindicación para no provocar mayor ruido . El gran ausente fue el
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44 Estos Grandes fueron el duque de Sessa, el conde de Altamira, los duques de
Híjar, Medina Sidonia, Alba, Osuna, Arcos, Uceda, Medinaceli, Béjar, Caminha, Linha-
res y Pastrana; los marqueses de Astorga y Leganés, los condes de Benavente, Oropesa,
Medellín y Peñaranda, el príncipe de Piombino y Odoardo Farnese, príncipe de Parma.
Cfr. M. de Valle y Bustamante, Relación verdadera cit.
45 J.M. Marqués, La Santa Sede y la España de Carlos II. La negociación del nuncio
Savo Mellini, 1675-1685, «Anthologica Annua», 27-28 (1981-1982), p. 543.
46 A. Álvarez-Ossorio Alvariño, La piedad de Carlos II, en L. Ribot (dir.), Carlos II. El
rey y su entorno cortesano, Centro de Estudios Europa Hispánica, Madrid, 2009, p. 143.
47 M. de Valle y Bustamante, Relación verdadera cit.
48 J.M. Marqués, La Santa Sede cit., pp. 543-544.
49 J.M. Marqués, La Santa Sede cit., p. 544.
50 Aav, Archivio della Nunziatura di Madrid, 1, f. 283v. Relazione delle dificoltà incontrate
da monsignore nuncio Mellini e dal signore Federico Cornaro, ambasciatori veneto nella caval-
cata che si fece in Madrid per dare le grazie della ricuperazione di Messina, ai 17 d’Aprile
1678. Madrid, 17 de abril de 1678. Hasta la corte de Viena llegó esta misma relación con los
detalles de la querella diplomática generada en torno al nuncio Mellini y el ministro vene-
ciano Cornaro. Hhsta, Staatenabteilungen. Spanien. Varia, Karton 34, ff. 49r-50v.
Mediterranea - ricerche storiche - Anno XVII - Aprile 2020
ISSN 1824-3010 (stampa) ISSN 1828-230X (online)