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           lucha  hasta  la  muerte  del  Batallón  Sagrado  de  Tebas  contra  las
           falanges macedonias en Queronea (Plutarco, Vida de Pelópidas, XVIII),
           otras seguramente más familiares para un hombre del Medievo, como
           la de los trescientos hombres empleados por Gedeón para enfrentarse
           a los medianitas (Jue 7,1-25). Sin embargo, al plantearnos una posible
           fuente  de  influencia  que  explique  la  reiteración  del  número  en  la
           Crònica, parece oportuno señalar que trescientos es precisamente una
           de las cifras utilizadas con mayor frecuencia en la épica medieval para
           cuantificar las dimensiones de la mesnada del héroe de turno, y que
           al  lado  de  la  cifra  los  cantares  de  gesta  suelen  incluir  un  apunte
           elogioso  sobre  los  guerreros  que  forman  parte  de  la  compañía  en
           cuestión,  de  los  que  se  destacan  aspectos  como  la  valentía,  la
           experiencia, la buena fama o la calidad de las armas que portan y de
           las armaduras con que se guarnecen. Trescientos es, pues, la cifra de
           la élite, de lo selecto. Así se describe, por ejemplo, la mesnada de
           Lohier, hijo de Carlomagno, en Les quatre fils Aymon:

              Or chevauchent li mes, cui Jhesus puist salver,
              par desus lor chevaus, qui molt sunt à loer.
              Chascuns vestu l’auberc et lacié l’iaume cler.
              .ccc. chevaliers sunt, qui molt sunt a loer.
              (vv. 410-413) 11


              Y en La prise de Cordres et de Sebille, el héroe Aymer, hijo de Aymeri
           de Narbonne, desafía con estas palabras a los guerreros del rey pagano
           Butor  a  enfrentarse  a  los  trescientos  caballeros  de  Francia  que  le
           acompañan:

              Apres de moi vienent tel ccc chevalier,
              de çaus de France, des biens aparailliés,
              ses poés prandre, bien avrés esploitié:
              dedens vos terres en serois miolz prisié.
              (vv. 207-210) 12





              11  Les quatre fils Aymon, ed. F. Castets, Coulet et Fils éditeurs, Montpellier, 1909, p. 286.
              12  La prise de Cordres et de Sebille, ed. O. Densusianu, Société des Anciens Textes
           Français, Paris, 1896, p. 8. He aquí más ejemplos de ocurrencias de la cifra en otros
           textos épicos: «Ez vos Aleaume, le seignor de Ponti, / bien fu armez, sor un grant destrier
           sist; / o lui .iii. cenz de chevaliers hardis» (Garin le Loherenc, ed. A. Iker-Gittleman, París,
           1995-1997, vol. I, p. 82, vv. 613-615); «D’autre part vint li Borgoins Auberis, / a bien .iii.
           cenz chevaliers de haut pris» (Ivi, vol. III, p. 614, vv. 18066-18067); «Bien sunt en sa
           compengne tex .iii. c chevalier / qui aideront Guion se il en a mestier» (Gui de Nanteuil,
           ed. J. McCormack, Droz, París, 1970, p. 188, vv. 603-604); «Le vallet de Nantueil ne s’est
           pas oubliés, / o .iii.c chevaliers est u cheval montéz» (Ivi, p. 338, vv. 2680-2681); «Todos
           fieren en el haz do esta Pero Vermuez; / trezientas lanzas son, todos tienen pendones; /



           Mediterranea - ricerche storiche - Anno XIV - Dicembre 2017    n.41
           ISSN 1824-3010 (stampa)  ISSN 1828-230X (online)
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