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500 Josep Antoni Aguilar Ávila
Muntaner subraya que, gracias principalmente a los soldados
catalanes y aragoneses que permanecen en el reino, el monarca
siciliano puede ofrecer una resistencia más que digna a sus temibles
oponentes:
e·l duch Robert, fill major del rey Karles, fou romàs en Sicília, en la ciutat de
Cathània; que ser Virgili e·N Napoleon, II cavallers de Cathània, li agren retuda
la ciutat, et puys axí mateix li fo retut Paternò, et Adernò et d’altres lochs. La
guerra era molt gran en Sicília, que el duch hi havia gran poder de cavalleria,
que bé hi havia III míllia cavalls armats; e lo rey de Sicília no n’hi havia pus de
mil cavalls armats, de cathalans et de aragoneses; et tots dies aquells del
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senyor rey de Sicília guanyaven sobre ells .
En este contexto de guerra sin cuartel y traiciones internas, con los
angevinos procurando extender su poder sobre toda Sicilia,
desembarcan en la isla tres ilustres barones procedentes del reino de
Francia, al frente de un selecto contingente de trescientos caballeros
franceses. ¿Quiénes son estos barones? Muntaner apunta tan sólo que
uno de ellos es el conde de Brienne, al que sin embargo no se refiere
por su nombre; acerca de la identidad de los otros dos, nada más nos
dice. Mucho más generoso se muestra el cronista, en cambio, al
explicar los propósitos que les han traído hasta Sicilia: según parece,
les une el deseo de venganza, puesto que los tres han visto como el
cruento conflicto siciliano les ha arrebatado a parientes y amigos,
caídos luchando por la causa de los Anjou y contra las armas
catalanoaragonesas. Por tal motivo, no sólo han venido para servir
como tropas de refresco a los angevinos, sino también para llevar a
cabo su particular venganza: han jurado encontrar y medirse en campo
abierto a dos de los más afamados generales de Federico de Aragón,
Guillem Galceran de Cartellà y Blasco de Alagón, vencedores de las
batallas en las que sus parientes hallaron la muerte (de hecho, algunos
de los caballeros angevinos que tomaron parte históricamente en la
batalla de Gagliano, en la que Muntaner hace participar a los
Caballeros de la Muerte, tenían motivos de sobra para buscar
venganza, como veremos). Este mismo juramento ha sido hecho
también por el resto de integrantes de la compañía, que se nos
presenta, pues, como un cuerpo de élite feroz y temerario, dotado de
un marcado orgullo de casta guerrera y dispuesto a sacrificarlo todo si
1 Todas las citas de la Crònica anteriores al cap. 146 de la misma son tomadas de R.
Muntaner, La Crònica de Ramon Muntaner: edició i estudi (Pròleg – capítol 146), ed. J.A.
Aguilar, Institut d’Estudis Catalans, Barcelona, 2015, 2 vols.; indico en estos casos
capítulo, volumen y página en que se encuentran. Con respecto a las citas posteriores
al cap. 146, cito según mi edición in fieri del resto de la obra, indicando en cada caso
número de capítulo.
Mediterranea - ricerche storiche - Anno XIV - Dicembre 2017 n.41
ISSN 1824-3010 (stampa) ISSN 1828-230X (online)