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570                                           Luis Miguel Córdoba Ochoa


                   En 1615 Antonio de Sosa Hurtado, de Viseu, en el norte de Portu-
                gal, se asentó como soldado del Callao, hasta el año de 1627, cuando
                fue nombrado alférez. Desde 1628 hizo dos viajes de Lima a Cartagena
                con dineros propios y ajenos para comprar mercancías y esclavos que
                llevó de retorno al Perú. En 1630, cuando estaba en Cartagena pa-
                gando algunas de las compras anteriores, le expresó al oidor que que-
                ría  ser  compuesto  en  lo  que  sería  justo  por  su  capital,  que  era  de
                10,000 pesos. Al comprobarse que tenía las condiciones para recibir
                la carta de naturaleza, esta se le dio por el pago de 500 pesos .
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                   El comercio entre Cartagena y Lima también fue aprovechado por
                el lisboeta Bernardo Drago, que era vecino de Lima, y casado en ella
                con Beatriz Suarez, natural de la ciudad de México. En 1619 los ofi-
                ciales reales de Cartagena le dieron por perdido un cargamento de es-
                clavos que llevó de Angola, tal vez porque los embarcó sin pagar las
                licencias, lo que era común. Aunque este decomiso lo dejó en la po-
                breza, pudo pasar al Perú. Desde allí viajó algunas veces hasta Carta-
                gena con poder de Francisco González, vecino de Lima, para comprar
                esclavos y otras mercancías . Al regresar a Lima también llevó escla-
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                vos por cuenta de Luis Gómez Barreto. Esta actividad de tratante al
                servicio de un comerciante de Lima y de otro de Cartagena le produjo
                un importante capital de 5,000 pesos. Para asegurar la libertad en sus
                tratos pagó 100 pesos por una carta de naturalización en la Audiencia
                de Panamá en 1622. Además, en 1630 informó al visitador Rodríguez
                que quería servir con el pago de otra composición para ayudarle al rey
                “con tantas guerras que tiene”. El visitador admitió esta nueva com-
                posición por el pago de 500 pesos .
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                   La amenaza de la expulsión llevó a los más acaudalados extranjeros
                a pagar dos y tres veces las cartas de naturaleza, como ocurrió con el
                portugués Sebastián Duarte, nacido en la de Villa de Montemayor. Él
                llegó a Cartagena en 1617 a la edad de 23 años, como escribano de un
                navío esclavista que llevó su tío Felipe Rodríguez desde Guinea. De
                Cartagena viajó a Lima para vender esclavos suyos y de su tío y allí
                puso tienda de ropas de Castilla. Para surtirla viajó en diferentes oca-
                siones a Panamá y a Cartagena, hasta reunir un capital de 7,000 pe-
                sos. Aunque en julio de 1630 se compuso en Portobelo con el presi-
                dente  de  la  Audiencia  de  Panamá,  le  pidió  al  visitador  Antonio




                   80  Agi, S,56B, N. 73, f. 4 r.
                   81  Un valioso estudio sobre los portugueses en Lima, en G. Sullón Barreto, Extran-
                jeros integrados. Portugueses en la Lima virreinal. 1570-1680, Consejo Superior de In-
                vestigaciones Científicas, Madrid, 2016.
                   82  Agi, Santa Fe, 56B, N. 73, f. 5 v.



                Mediterranea - ricerche storiche - Anno XVIII - Dicembre 2021
                ISSN 1824-3010 (stampa)  ISSN 1828-230X (online)
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