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Mendigos y mecenas. extranjeros en Cartagena de Indias en la década de 1630 567
su capital, pero debía ser de más de 4,000 pesos pues fue compuesto
por el pago de 400 pesos .
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El médico sevillano Fernando Báez de Silva fue interrogado por el
visitador porque había dudas sobre su lugar de nacimiento, ya que su
padre era el portugués Gaspar Diaz, y su madre la gaditana Guiomar
Núñez. Con licencia real Báez pasó a Cartagena en 1621 con su mujer,
Isabel de Sosa, dos hermanas de esta, tres hijas y una criada. Como
en el caso del alcalde Luis de Rocha, se decidió que, ante las dudas,
su proceso debía proseguir en el Consejo de Indias y que, entretanto
Báez pagase una fianza de 241 pesos .
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Uno de los aspectos que los visitadores examinaban para otorgar
carta de naturaleza a los extranjeros era averiguar si ellos habían sido
útiles a la ciudad en donde residían. Francisco Sánchez, natural de Vila
Viçosa, puso botica en Cartagena en 1626, aunque no tenía licencia
para vivir en la ciudad. De 36 años, estaba casado la sevillana Estefanía
de Soto. El valor de los bienes que tenía en la botica, más sus esclavos,
plata labrada y el menaje de su casa fue calculado en 5,000 pesos, de
los cuales debía 1,990. Por el pago de 400 pesos se le dio carta de na-
turaleza porque se consideró “que era menesteroso en la república por
el bien que hacía a los pobres dándoles mediçinas sin dinero” .
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El milanés Francisco Pianeta llegó al Nuevo Reino de Granada en
1605 como cirujano de don Juan de Borja, el nuevo presidente de la
Audiencia de Santa Fe, ciudad en la que Pianeta se casó con Juana
García y con la que tuvo cinco hijos. Los autos no permiten saber
cuándo se trasladó nuevamente a Cartagena desde Santa Fe, pero tal
vez fue en 1628, cuando murió el presidente Borja. Se calculó que
Pianeta tenía un capital de 1,350 pesos, aunque tenía deudas por va-
lor de 800 pesos. No se le expulsó de la ciudad, pero tuvo que pagar
100 pesos de multa .
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El portugués Domingo Monterón, de Lamego, llegó arruinado a la
ciudad en 1627, pues era el cirujano y barbero de una nave esclavista,
que fue asaltada y saqueada frente a la península de Guajira por los
holandeses. Tres años después del asalto, cuando el oidor visitó la
ciudad, Monterón tenía un capital de 500 pesos, que era lo que valían
una esclava, un esclavo, y las menudencias de una pulpería, aunque
dijo que debía 630 pesos. No se probó que tuviese bienes ocultos, como
se le informó al visitador, que lo multó con 150 pesos .
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68 Agi, Santa fe,56B, N. 73, f. 21 r.
69 Agi, Santa fe,56B, N. 73, f. 12 r.
70 Agi, Santa fe,56B, N. 73, f. 12 r.
71 Agi, Santa fe,56B, N. 73, f. 10 v.
72 Agi, Santa fe,56B, N. 73, f. 7 r.
Mediterranea - ricerche storiche - Anno XVIII - Dicembre 2021
ISSN 1824-3010 (stampa) ISSN 1828-230X (online)