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                su incierta estadía en Cartagena, en donde, además, fue multado con
                60 pesos .
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                   Las  narrativas  evidencian  que  el  visitador  y  sus  oficiales  tenían
                poca claridad sobre acontecimientos que eran mencionados por los
                extranjeros para explicar las circunstancias de su llegada a Cartagena.
                Francisco  Rodríguez,  de  30  años,  dejó  su  nativa  Portimão  en  1621
                para embarcarse en una nave que llevó esclavos desde Angola a Nueva
                España. Dijo que, tras permanecer en San Juan de Ulua por dos me-
                ses, se embarcó en la flota que don Fernando de Sosa llevó a la Habana
                en 1622 y que él iba en el galeón del almirante don Bernardino de
                Lugo, que naufragó cerca de La Habana . El propio almirante murió
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                en este naufragio y Rodríguez informó que, al hundirse la nave, él se
                salvó nadando. Sin embargo, el galeón de don Bernardino naufragó en
                1626 y no en 1622, como se da a entender por la narrativa de Rodrí-
                guez, quien remató su historia indicando que por haber quedado en
                la pobreza se fue para Cartagena, donde se casó con una mujer de
                Santo Domingo y que su caudal era de 200 pesos. Por la discordancia
                de las fechas, que no advirtió el visitador, quizás Rodríguez, que llegó
                a Cartagena en otras circunstancias, ajustó la historia de su vida para
                señalar que sobrevivió a este naufragio y que luego probó suerte en
                Cartagena .
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                7. Los oficios de la ciudad

                   Los extranjeros que conocían o aprendían algún oficio útil podrían
                alejarse un paso más de la miseria en la que caían algunos de los
                soldados rasos. Médicos y cirujanos tenían buena acogida en la ciu-
                dad, donde eran frecuentes las fiebres tropicales y los brotes de epi-
                demias como la viruela . Uno de ellos fue el doctor Mendo López del
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                Campo, de Portalegre, en Portugal, quien pidió carta de naturaleza,
                pues, aunque no tenía licencia para vivir en la ciudad, exhibió un tí-
                tulo de 1621 en el que Felipe III lo nombró protomédico del Nuevo
                Reino de Granada. Allí se casó con Margarita Velásquez de Ortega, de
                Santa Fe de Bogotá, con la que tuvo 4 hijos. En los autos no se indica




                   64  Agi, Santa fe,56B, N. 73, f. 13 v.
                   65  E. Mira Caballos, Bernardino de Lugo (1590-1526): la tragedia de un almirante-
                empresario de la carrera Indias, «Revista de Historia Naval» 149, pp. 31-46.
                   66  Agi, Santa fe,56B, N. 73, f. 12 v.
                   67  Una fuente inapreciable sobre la práctica de la medicina en Cartagena es la obra
                del médico Juan Méndez Nieto, concluida en 1607. J. Méndez Nieto, Discursos medici-
                nales, Universidad de Salamanca, Junta de Castilla y León, Salamanca, 1989.



                Mediterranea - ricerche storiche - Anno XVIII - Dicembre 2021
                ISSN 1824-3010 (stampa)  ISSN 1828-230X (online)
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