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                entre las personas esclavizadas en explotaciones agrícolas , una gran
                                                                        12
                diversidad ocupacional , la recurrencia de las fugas  y una mayor
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                proporción de manumisiones otorgadas a las mujeres . En cada uno
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                de estos registros de la multifacética realidad de la esclavitud  se ha
                                                                            16
                llamado la atención sobre las notorias inflexiones sexogenéricas.
                   Si bien el tema de la reproducción biológica involucra a ambos se-
                xos, es ostensible el desigual tratamiento que se dio a las mujeres es-
                clavizadas . En principio, se estableció una diferencia de precio res-
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                pecto de los varones desde el momento de ingreso en la trata atlán-
                tica , así como en el reingreso al mercado de esclavos después de una
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                   12  J. Djenderedjian, Optimizando recursos escasos en un área de frontera: La opción
                por la mano de obra esclava en grandes estancias entrerrianas de tiempos coloniales,
                «Quinto Sol», 15, 2, 2011, pp. 1-27.
                   13  L. Johnson, Los talleres de la revolución. La Buenos Aires plebeya y el mundo del
                Atlántico, 1776-1810, Prometeo, Buenos Aires, 2013; G. R. Andrews, Los afroargentinos
                de Buenos Aires, Ediciones La Flor, Buenos Aires, 1989; S. Mallo y M. Goldberg, Escla-
                vos y libres en la ciudad y la campaña rioplatense. Formas de vida y de subsistencia,
                «Temas de Africa y Asia», 2, 1993; F. Guzmán, ¡Madres negras tenían que ser! Materni-
                dad, emancipación y trabajo en tiempos de cambios y transformaciones (Buenos Aires,
                1800-1830), «Tempo», 24, 3, 2018, pp. 451-473.
                   14  E. Saguier, La crisis social. La fuga esclava como resistencia rutinaria y cotidiana,
                en  «Revista  de  Humanidades  y  Ciencias  Sociales»,  vol. 1,  n o  2,  1995,  p.  115-184;  K.
                Dinunzio y C. García, Las Caras de la Resistencia. Los esclavos en Córdoba, «Anuario
                de la Escuela de Historia», Córdoba, V, 4, 2006, pp. 327-340, (2006); Esclavos cimarro-
                nes. La fuga: una estrategia de resistencia esclava. Contra Relatos desde el Sur, «Apuntes
                sobre África y Medio Oriente», II, 3, pp. 67-82; A. Borucki, De compañeros, p. 23.
                   15  L. Johnson, La manumisión de esclavos en Buenos Aires durante el virreinato, «De-
                sarrollo Económico», XVI, 63, 1976, pp. 333-348; G. R. Andrews, Desigualdad, raza,
                clase y género, cit., p. 94.
                   16  La abundantísima historiografía sobre la esclavitud negroafricana colonial ha ten-
                dido a trazar una línea divisoria entre espacios caracterizados por la esclavitud en las
                grandes haciendas o esclavitud de plantación –colonias del sur de Norteamérica, área an-
                tillana y Brasil– y la de otras regiones, como la rioplatense, donde su inserción en econo-
                mías rurales o urbanas permitió el desarrollo de trabajos alternativos eventuales a cambio
                de un jornal, que se veían obligados a entregar todo o casi todo a sus amas.os. La deno-
                minada esclavitud estipendiaria abrió los limes de la movilidad espacial y jurídica. Estos
                trabajos no solo habilitaban la circulación de esclavas jornaleras en el ámbito próximo de
                la casa o extra radio urbano, además, permitió acumular un peculio que facilitaba el afo-
                rramiento o la coartación. Con todo, la experiencia de la esclavitud enfrentó a las perso-
                nas, en particular a las mujeres, a problemas bastante similares. Sobre el Río de la Plata
                se observó que, excepto en casas con alto número de esclavos.as, en las áreas urbanas
                las mujeres padecieron formas más duras de control directo, desintegración de las familias
                y aislamiento con respecto a su propia comunidad. Ver S. Mallo Mujeres esclavas en Amé-
                rica a fines del siglo XVIII: una aproximación historiográfica, en D. Picotti –comp.– El negro
                en la Argentina: presencia y negación, Editores de América Latina, Buenos Aires, 2001.
                   17  Remito a balances historiográficos sobre el tema en M. Arrelucea B., Género, es-
                tamentalidad y etnicidad... cit.; M. E. Velázquez y C. González Undurraga, Mujeres afri-
                canas cit.
                   18  En el siglo XVIII, en general, las africanas jóvenes costaban hasta 30 pesos más
                que los varones de la misma edad. En 1786 las “Negras” de 20 a 25 años fueron tasadas
                entre 200 y 240 pesos; mientras que los “Negros” de 22 a 25 años, a 210 pesos. Cfr. E.
                Studer, La trata… cit., p. 329.



                Mediterranea - ricerche storiche - Anno XVIII - Dicembre 2021
                ISSN 1824-3010 (stampa)  ISSN 1828-230X (online)
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