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510 Josep Antoni Aguilar Ávila
El tercer ejemplo al que me referiré se encuentra en uno de los más
conocidos exponentes de lo que la crítica ha dado en llamar «epígonos
boccaccescos»: se trata de Il Pecorone, colección de cincuenta novelle
compuesta entre los años 1378 y 1385 por un Ser Giovanni Fiorentino de
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identificación más bien problemática . La influencia de Il Decamerone en
esta obra se advierte rápidamente si tenemos en cuenta su planteamiento
y estructura, puesto que las novelle que la conforman se hallan también
aquí engarzadas en una historia que les sirve de marco. Dos son los
principales personajes de esta historia: Auretto, un muchacho florentino
de agudo ingenio, y Saturnina, una bella monja de un convento de Forlì.
De acuerdo con un bienfortunado lugar común de la literatura medieval,
Auretto se enamora de Saturnina de oídas, profundamente impresionado
por los grandes elogios que ha oído sobre su belleza y virtudes. Resuelto a
conocerla, se hace fraile y poco tiempo después se convierte en capellán
del convento en el que la joven profesa. Allí la conoce y pronto comprueba
que sus sentimientos hacia la joven son correspondidos plenamente por
ésta, aunque los votos contraídos por ambos convierten el suyo en un amor
imposible. Para satisfacer al menos su deseo de verse, Auretto y Saturnina
acuerdan encontrarse una vez al día en el parlatorio del convento, cita
durante la cual cada uno cuenta a su interlocutor una novella.
Hasta aquí las similitudes con el plan general de la obra
boccaccesca son evidentes, pero conviene apuntar que en algunas de
las novelle de Ser Giovanni se aprecian igualmente ciertos contornos
particulares que las diferencian de las de su predecesor, sobre todo en
aquellas que parecen salidas de su propia cosecha y no tomadas de
otra fuente anterior (hay que señalar en este punto que un número
significativo de las historias incluidas en Il Pecorone fueron tomadas
de la Nuova Cronica de Giovanni Villani). Uno de ellos es, por ejemplo,
la ambientación de las mismas. Se ha advertido –acertadamente, a mi
juicio – que, frente a lo que nos encontramos en Il Decamerone y otros
epígonos de Boccaccio (Sercambi, Sacchetti), lo que caracteriza a la
narrativa de Ser Giovanni es «su peculiar forma de presentarnos la
realidad y su habilidad para que esta realidad se una a situaciones
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totalmente irreales, casi de ensueño» . Así, por ejemplo, las historias
21 Para una aproximación a los aspectos más relevantes de la obra, puede consultarse
C. Muscetta, Il Pecorone e la novellistica del Quattrocento, F. Castorina, Catania, 1966;
P. Robuschi Romagnoli, Ancora sulla struttura del «Pecorone», en Studi in onore di Alberto
Chiari, Paideia, Brescia, 1973, vol. II, pp. 1067-1091; P. Salwa, In difesa del
conservatorismo fiorentino: Ser Giovanni e il suo «Pecorone», en La narrativa tardogotica
toscana, Cadmo, Fiesole, 2004, pp. 29-66. La mejor forma de leer el texto actualmente
es a través de Ser Giovanni, Il Pecorone, ed. E. Esposito, Longo, Rávena, 1974, 3 vols.
22 L. Carlucci, Lo real y lo fantástico en las novelle de Ser Giovanni Fiorentino, «Revista
de la Sociedad de Estudios Italianistas», 4 (2006-2007), pp. 115-128.
Mediterranea - ricerche storiche - Anno XIV - Dicembre 2017 n.41
ISSN 1824-3010 (stampa) ISSN 1828-230X (online)