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           yacen muertos todos los Caballeros de la Muerte, circunstancia que
           suscita por parte de Muntaner un comentario en el que muestra su
           vena más sarcástica: al fin y al cabo, se trata del final más lógico para
           unos caballeros que se han autoimpuesto tal nombre:

              Què us diré? Que tots se’n portaren lo nom que havien aportat de Ffrança;
           que ells s’avien mès nom los Cavallers de la Mort, et tots moriren: que de tots
           CCC, ne encara dels altres qui ab ells eren, no n’escaparen mas solament V
           hòmens a cavayl alforrats, qui eren de Catània, qui anaven ab ells per pillots,
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           los quals fugiren .

              Es decir: según Muntaner, ni siquiera el conde de Brienne pudo
           escapar con vida del combate, lo cual, como ya hemos visto, no es
           cierto; Speciale, más afinado, apunta que el conde cayó preso y fue
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           conducido por Blasco hasta Mineo, donde «in vinculis observatur» .
           Cabe señalar que este error historiográfico revela además un descuido
           del peraladense que tiene una divertida consecuencia en el plano de la
           ficción, pues, como sucede con algunos guerreros griegos y troyanos
           en la Iliada, en la Crònica el conde de Brienne muere dos veces: la
           primera, como hemos visto, en Gagliano; la segunda, en Halmiros en
           1311, defendiendo el Ducado franco de Atenas contra la Compañía
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           Catalana .
              Cabe señalar que, a pesar de las divergencias que se aprecian
           entre los relatos de Muntaner y Speciale (no sólo en el fondo, sino
           también en la forma: si la narración muntaneriana se construye,
           como parece evidente, a base de fórmulas procedentes de la tradición
           épica,  la  del  cronista  siciliano  está  salpimentada  aquí  y  allá  de




              67  R. Muntaner, Crònica cit., cap. 191. Hay otros ejemplos de juegos lingüísticos
           en la Crònica en los que se recurre al humor negro: así, cuando poco antes de la
           batalla naval de Malta (8 de junio de 1283) Roger de Flor consigue capturar tres
           galeras angevinas que habían sido fletadas con el propósito de tomar lengua sobre el
           paradero de la flota aragonesa, Muntaner observa: «E axí agren aquella lenga que
           sercaven, que ben pogren dir que agueren lenga çerta d’En Roger» (Ivi, cap. 82, II, p.
           454); y cuando narra la retirada a través de los Pirineos de los cruzados franceses de
           1285, a los que el cardenal legado Jean Cholet había prometido la gloria celestial si
           caían en batalla («aquells qui assí morran, ab los altres n’iran en paradís», Ivi, cap.
           138, II, p. 756), apunta socarrón que, en efecto, «que en paradís los agueren tots
           trameses les gents del senyor rey d’Aragon» (Ivi, cap. 139, II, p. 762). Vid. C. Imbert,
           Le défi du réel. Dynamique de l’écriture dans la chronique de Ramon Muntaner, en A.
           Arizaleta (ed.), Poétique de la chronique: l’écriture des textes historiographiques au
           Moyen  age  (péninsule  Ibérique  et  France),  Framespa-CNRS  France  méridionale  et
           Espagne, Toulouse, 2008, p. 285, n. 56, donde se llama la atención sobre el carácter
           de estos pasajes.
              68  N. Speciale, Historia Sicula cit., l. V, cap. XII, p. 427.
              69  R. Muntaner, Crònica cit., cap. 240.



           Mediterranea - ricerche storiche - Anno XIV - Dicembre 2017    n.41
           ISSN 1824-3010 (stampa)  ISSN 1828-230X (online)
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