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534 Josep Antoni Aguilar Ávila
caduto di certo; 3ª infine, per quel nobile e cavalleresco carattere dell’istorico
Montaner, incapace di un inganno di guerra, che può ben dirsi tradimento
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nerissimo .
A las razones esgrimidas por el buen instinto de Amari, todavía
cabría añadir otras dos: la primera de ellas, que, como ya hemos visto,
Muntaner todavía no había llegado a Sicilia en esta época; la segunda,
que Niccolò Speciale sabía muy bien quién era Ramón Muntaner, como
prueba el hecho de que el cronista aparezca fugazmente como
personaje en la Historia Sicula: en efecto, el siciliano da noticia en su
libro de cómo «Raymundus Muntanerii» fue hecho prisionero por el rey
Roberto de Anjou cuando en 1308 se desplazó hasta Nápoles para
visitar en calidad de embajador del rey Federico al infante Fernando
de Mallorca, entonces cautivo en manos angevinas . En cualquier
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caso, hoy no sólo sabemos que «Montanerius de Sosa» no podía ser
Ramón Muntaner, sino que conocemos perfectamente su identidad: se
llamaba Muntaner Pérez de Sosa, y no era catalán, como asegura
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Speciale, sino aragonés .
Siguiendo el relato de la Historia Sicula vemos que, en efecto, el
principal artífice del engaño que al cabo motivó el éxito federiciano en
Gagliano fue el tal Muntaner, quien consiguió hacer creer a los
caballeros angevinos que estaba dispuesto a unirse a su bando para
conseguir el perdón de la Santa Madre Iglesia y escapar así de la cólera
divina, dada la sentencia de excomunión que pesaba sobre el rey
Federico y todos aquellos que le dieran apoyo en la guerra. En prueba
de su sincero arrepentimiento, el taimado castellano prometió
56 M. Amari, La guerra cit., vol. I, p. 568.
57 Así describe Speciale el episodio en cuestión: «Rebus autem sic se habentibus
Ferrandus Regis Maioricarum filius, vir magnanimus, armorum laudis, et gloriae
appetitor [...] in bello captus est; quem diu in vinculis maceratum apud Neapolim
civitatem Fredericus Rex patruelis eius per nuntium gesturum sibi opportuna subsidia
visitare constituit. Vadit itaque Raymundus Montanerii, nuntius Frederici Regis, ad
Ferrandum Neapolim, aliqua sibi ad consolationem et lenimenta carceris dona gerens.
Hunc autem Montanerium Robertus vocatus hactenus Dux Calabriae, qui iam per
obitum Caroli Regis patris sui titulum regiae dignitatis acceperat, unde causam
conceperit incertum est, crudelibus tormentis efficit, praetendens nimirum quod
Raymundus ille tum eversionem civitatis Neapolis callide attentabat quem diu et usque
in adventum Bernardi de Sarriano, quem propter eam causam rex Aragonum ad eundem
Robertum regem transmisit, longo squalore carceris maceravit» (N. Speciale, Historia
Sicula cit., l. VI, cap. XXII, pp. 461-462).
58 La identidad del personaje y su presencia en el reino de Sicilia a principios del
siglo XIV queda confirmada en una carta de Federico de Sicilia a Jaime II publicada en
Acta Siculo-Aragonensia, II. Corrispondenza tra Federico III di Sicilia e Giacomo II
d’Aragona, ed. F. Giunta, R. Giuffrida, Società Siciliana per la Storia Patria, Palermo,
1972, doc. XLV, pp. 90-91. En ella, Federico se refiere a Muntaner y a un hermano suyo
llamado Aznar como «familiares et fideles nostri coram maiestate presentes».
Mediterranea - ricerche storiche - Anno XIV - Dicembre 2017 n.41
ISSN 1824-3010 (stampa) ISSN 1828-230X (online)