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Mendigos y mecenas. extranjeros en Cartagena de Indias en la década de 1630   553


                    recibían carta de naturaleza, pero tampoco eran expulsados, aunque
                    sí fueron multados con sumas que variaban entre 30 y 70 pesos de
                    oro. Si declaraban que pronto viajarían a la península los obligaban a
                    depositar una fianza de que así lo harían.
                       A los extranjeros que recibían carta de naturaleza o una composi-
                    ción, que era lo mismo, se les cobraba entre un 15 y un 25 por ciento
                    de su capital, que debían ingresar en las oficinas de la Real Hacienda
                    en diferentes contados. Entre 1593 y 1600 se compusieron en Carta-
                    gena 54 portugueses, 12 italianos, dos flamencos y otros dos extran-
                    jeros que no fueron identificados con claridad . Después de 1600 se
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                    suspendieron las composiciones hasta la visita que practicó en 1630
                    Antonio Rodríguez.
                       Con las cartas de naturaleza en su poder, los extranjeros podían
                    ocupar los cargos de alcaldes ordinarios, de alguaciles, y comprar los
                    oficios de escribanos, de tesoreros y de contadores en las oficinas de
                    la  Real  Hacienda.  Matrimonios  afortunados  les  permitían  obtener
                    cuantiosas dotes con las que podrían comenzar sus carreras de tra-
                    tantes llevando esclavos y mercancías hacia Riohacha, Maracaibo, Ja-
                    maica, Santa Fe o Lima.

                       La presencia de extranjeros en Cartagena era motivo de alarma en-
                    tre sus gobernantes. En 1607 Diego Fernández de Velasco, gobernador
                    de Cartagena, informó que en ella había tantos flamencos y holande-
                    ses, casados y solteros, que podían espiar a su antojo todas las fuerzas
                    del rey sin que nadie lo impidiese .
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                       En las composiciones que el visitador don Antonio Rodríguez realizó
                    en Cartagena en 1630 se determinó que 141 de los 192 forasteros eran
                    portugueses, aunque sólo 17 obtuvieron la carta de naturaleza. El vi-
                    sitador también acordó conceder la composición a un siciliano, a un
                    oriundo de la isla Tercera, en las Azores, y a un gallego. La composi-
                    ción más elevada fue de 2,000 pesos de oro, que pagó Manuel Téllez,
                    quien tenía un capital de 4,000 pesos de oro.
                       Los extranjeros crearon narrativas de servicio a la ciudad y al rey
                    que se basaban en sus contribuciones a la Real Hacienda por su par-
                    ticipación en el comercio trasatlántico y en el ornato y de las ciudades.
                    Sus  ostentosas  viviendas,  las  donaciones  para  el  sostenimiento  de
                    hospitales e iglesias y su atención para costear los rituales urbanos
                    fueron  parte  de  sus  tácticas  para  asegurar  su  permanencia  en  el
                    puerto. Parecían considerar que, para ser plenamente integrados al


                       12  E. Vila Vilar.  Aspectos sociales en América colonial.  De extranjeros, contrabando
                    y esclavos. Instituto Caro y Cuervo, Bogotá, 2001. p. 5.
                       13  Agi.  Santa Fe, 98, 33. Carta al rey de Diego Fernández de Velasco.  Cartagena,
                    24 de marzo de 1607.


                                              Mediterranea - ricerche storiche - Anno XVIII - Dicembre 2021
                                                           ISSN 1824-3010 (stampa)  ISSN 1828-230X (online)
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