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                mosquetes  . Con ellos asistió al Puerto de la Caleta por orden del
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                gobernador  Diego  de  Acuña  para  resistir  a  Francis  Draque  cuando
                éste, en su última incursión caribeña, asaltó Riohacha, Santa Marta
                y Portobelo, donde murió en los primeros días de 1596. En los alma-
                cenes de Fernández había mosquetes, arcabuces, balas, plomo, cuer-
                das y pertrechos con los que se abasteció la ciudad ante las amenazas
                de los corsarios.
                   La inversión de Fernández Gramajo en las obras pías también fue
                significativa pues gastó 30,000 ducados en edificar la iglesia y el con-
                vento de los frailes descalzos de la parroquia de San Diego en Carta-
                gena. Su condición de celoso cristiano y de leal servidor al rey fue res-
                paldada por los obispos de Popayán, de Cartagena y por el presidente
                de la Audiencia de Santa Fe .
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                   Los aportes de su actividad como comerciante de esclavos le pro-
                porcionaron a la Corona más de 400,000 ducados pagados por con-
                cepto de derechos reales. El procurador Lesquina ponderó la munifi-
                cencia de Fernández Gramajo al informar que edificó en Cartagena
                muchos edificios, cinco casas principales, y que invirtió en el hospital
                de los españoles 18,000 ducados, que se gastaron en las obras de cal
                y canto, y en las maderas del edificio. En dicho hospital fueron cura-
                das 2.800 personas pobres con dineros de Fernández Gramajo.
                   Estos servicios le permitieron obtener la carta de naturaleza para
                quedarse en Cartagena a cambio de servir a la Corona con 3,000 du-
                cados .
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                   Con el paso de los años se vio que la fortuna de Fernández se había
                construido con el comercio ilícito de esclavos y mercancías en Carta-
                gena . Él era factor de los tratantes portugueses y cuando los navíos
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                llegaban a la ciudad con los esclavos, una parte significativa de estos,
                que venían sin licencia, eran desembarcados subrepticiamente en sus
                haciendas para llevarlos en las horas de la noche al puerto .
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                   23  AGI, Santa Fe, 100, 37. Petición de Jorge Fernández Gramajo. Sobre sus servicios
                en Cartagena
                   24  Agi. Santa Fe, 100, 37.
                   25  Agi. Santa Fe, 100, 37.
                   26  Acerca de la esclavitud en Cartagena de Indias ver, M. C. Navarrete. Génesis y
                desarrollo de la esclavitud en Colombia. Siglos XVI y XVII. Universidad del Valle, Cali,
                2005. M. C. Navarrete, Historia Social del negro en la colonia. Cartagena, siglo XVII, Uni-
                versidad del valle, cali, 1995. N. d. Castillo Mathieu. Esclavos negros en Cartagena y
                sus aportes léxicos. Instituto Caro y Cuervo, Bogotá, 1982.
                   27  Agi, Panamá, 17, R.3, N.46. Carta de Alonso Espino de Cáceres, oidor de la Au-
                diencia de Panamá, en que da cuenta de las diligencias que ha hecho para averiguar el
                contrabando que, según se ha informado al Consejo, se hacía en la estancia de [Jorge
                Fernández] Gramajo, a tres leguas de Cartagena. Cartagena, 20 de octubre de 1619.



                Mediterranea - ricerche storiche - Anno XVIII - Dicembre 2021
                ISSN 1824-3010 (stampa)  ISSN 1828-230X (online)
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