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Manufacturas, caridad y salario en la red asistencial madrileña del Setecientos   163


                    Las devanadoras aún recibían una cantidad menor: 4 maravedís por
                    libra de estopa y 2 por cada una de lino .
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                       La rutina diaria de los internos de San Fernando también venía mar-
                    cada por las prácticas religiosas. Todos los días debían levantarse a las
                    seis de la mañana para asistir a la misa de la comunidad; una hora más
                    tarde se reunían en el refectorio para recibir la ración correspondiente al
                    desayuno e incorporarse inmediatamente después al trabajo de los talle-
                    res. Las mujeres hacían un descanso a las once y media para asistir al
                    refectorio, donde se les servía la comida, mientras que los hombres lo
                    hacían media hora más tarde, para volver al trabajo hasta las ocho o
                    nueve de la noche, cuando todos eran llamados para cenar y retirarse a
                    sus celdas. Según parece, la jornada laboral se extendía de lunes a sá-
                    bado en turnos de diez horas, descansando únicamente el domingo, si
                    bien las referencias al trabajo nocturno nos hacen pensar que la jornada
                    laboral podía extenderse hasta altas horas de la madrugada. En el cuartel
                    de hombres, aquellos que estaban liberados del trabajo en los talleres por
                    su avanzada edad, enfermedad o incapacidad, eran empleados en la lim-
                    pieza, el transporte y otras tareas auxiliares .
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                       En el año 1802 se procede a la clausura de las instalaciones de
                    San Fernando, trasladándose a los reclusos del Correccional al Hos-
                    picio de Madrid. Allí se ubicarán en un departamento diferente al de
                    los pobres voluntarios, integrándose en las fábricas ya establecidas
                    en la institución. Así, en 1804 aparecen los pagos de adehalas a 75
                    hilanderas reclusas empleadas en la fábrica de paños, a una aspa-
                    dora y a la maestra de todas ellas. Conocemos la remuneración reci-
                    bida por 23 de estas hilanderas: 10 reales por 69 libras de lana hi-
                    lada en 6 días, que equivalen a menos de 1 real a la semana para
                    cada trabajadora .
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                    4. Lo ideal y lo real en las manufacturas de las instituciones
                       asistenciales

                       Tanto en el Ave María como en el Correccional de San Fernando,
                    las duras condiciones a las que se tuvieron que enfrentar los internos,
                    en términos de falta de ventilación y espacio en las salas, escasa co-
                    mida, largas jornadas de trabajo e imposición de una dura disciplina
                    –especialmente  en  San  Fernando–,  causaron  estragos  en  la  salud


                       62  Ahn, Consejos, leg. 1.404/26. Agradecemos a Victoria López Barahona su gene-
                    rosidad a la hora de facilitarnos esta y otras referencias para la redacción del presente
                    trabajo.
                       63  Ahn, Consejos, leg. 49.812.
                       64  Arcm, Diputación Provincial de Madrid, leg. 5.144.


                                                 Mediterranea - ricerche storiche - Anno XVII - Aprile 2020
                                                           ISSN 1824-3010 (stampa)  ISSN 1828-230X (online)
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