Page 160 - Mediterranea-ricerche storiche, n. 48, aprile 2020flip
P. 160
160 Jesús Agua de la Roza
de su observancia, como de los mismos en el uso de los buenos actos
y arreglo de sus conductas» .
52
También la obra de Campomanes abunda en esta idea, al afirmar
que «De todas las enseñanzas ha de ser la primera la doctrina cris-
tiana» . Las constituciones para el gobierno del Hospicio del Ave Ma-
53
ría de 1734 dan buena muestra de la importancia de la religión en el
centro, al señalar la obligatoriedad de la confesión para los internos
tan pronto como eran recibidos en la institución . Este era el punto
54
de partida de una rutina diaria condicionada por las prácticas religio-
sas, que comenzaba con la misa de comunidad a primera hora de la
mañana y se prolongaba en los refectorios, donde los capellanes no
solo debían dirigir la bendición, sino encargarse también de que los
internos guardaran silencio y compostura. Asimismo, el capellán era
responsable de la conducta moral del asilado, del cumplimiento de los
mandamientos, de su confesión, comunión y de la asistencia a las ce-
remonias de la iglesia. Debía también asegurar que todos los pobres
conocieran la doctrina católica, instruyendo a aquellos que aún no
estaban familiarizados con sus principios en el momento de incorpo-
rarse a la institución .
55
Este control de la moralidad tenía también su manifestación física
en la segregación de hombres y mujeres en cuarteles –o recintos– se-
parados a fin de evitar el contacto entre ambos. En el cuartel de mu-
jeres, la labor de control moral y cumplimiento de los preceptos reli-
giosos corría a cargo de la rectora, responsable de la asistencia de las
internas a misa y del rezo diario del rosario. Debía también mantener
el orden en el refectorio mediante la lectura de un libro espiritual, y
en su labor era asistida por la maestra de niñas, que se ocupaba tam-
bién de la instrucción de las menores en la doctrina católica.
La segregación se extendía al ámbito laboral –como avanzamos an-
teriormente– con la división de hombres y mujeres en fábricas y talle-
res, respectivamente. El adoctrinamiento religioso se hizo extensivo al
espacio de trabajo, donde los momentos de descanso lo eran también
de rezo, reforzando así la estrecha vinculación entre religión y disci-
plinamiento laboral. Tal y como señalan las instrucciones de 1803
para los capellanes del Hospicio de Madrid y el Correccional de San
Fernando, todos los días a las once de la mañana se debía detener la
labor en las fábricas para recitar la doctrina cristiana, repitiéndose a
las tres de la tarde –a las cuatro en verano– para rezar el rosario y
52 T. Anzano, Elementos preliminares… cit., p. 104.
53 M. Velázquez Martínez, Desigualdad, indigencia y marginación cit., p. 226.
54 Arcm, Diputación Provincial de Madrid, leg. 5.133/003, ff. 19v.-20.
55 Arcm, Diputación Provincial de Madrid, leg. 5.135/004, ff. 1-4.
Mediterranea - ricerche storiche - Anno XVII - Aprile 2020
ISSN 1824-3010 (stampa) ISSN 1828-230X (online)