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Vigilar desde abajo. Las autoridades locales y el control de los Moriscos...   303


                    no. Sin embargo, la gran mayoría de ellos, jornaleros del campo, resi-
                    día fuera de la villa. Acudir al pueblo les resultaba gravoso debido a la
                    pérdida de tiempo que dicho traslado suponía en el desarrollo de sus
                    faenas  cotidianas.  Por  ello,  y  sin  negar  la  obligación  que  tenían  de
                    acudir  a  dicha  «revista»,  los  moriscos  otorgaron  poder  a  Pedro  de
                    Baeza, uno de los suyos, para que mediara ante el obispo Juan de
                    Zúñiga e intentara que se revocara dicha obligación «alegando en la
                    dicha defensa de la dicha causa lo que nos convenga por cuanto mu-
                    chos de nosotros tenemos nuestras tierras en el Monasterio del Arra-
                    bal de la dicha çiudad, donde vivimos e vamos a misa y con más ofren-
                    das y somos buenos cristianos...» 108 .
                       En última instancia, el cobro de derechos más o menos legales debe
                    relacionarse con la carencia de medios apropiados para desarrollar las
                    labores de vigilancia, algo que también generó conflictos, no tanto con
                    los moriscos, sino con instancias gubernativas superiores. En ese sen-
                    tido, una de las quejas que más se repite es la relativa al incumplimiento
                    de los mandatos estipulados. El desconocimiento de la obligatoriedad
                    de alistar a los moriscos fue uno de ellos, especialmente en localidades
                    de reducido tamaño 109 . Como también lo fue la deficiente o inadecuada
                    custodia de los libros de matrícula 110 , cometido altamente significativo,
                    pues en ellos estaba la base de la posterior labor de identificación de los
                    moriscos. No en vano, el mantenimiento de todo de este armazón buro-
                    crático fue soportado por las arcas concejiles 111 , ya maltrechas de por
                    sí, algo que, sin embargo, no es suficiente para blanquear abusos que,
                    por otra parte, fueron evidentes en más de una ocasión.


                    6. Vigilar desde abajo

                       La  necesidad  de  saber  quién  y  quién  no  estaba  presente,  de
                    controlar  los  movimientos  de  miles  de  personas,  de  autorizar  los
                    desplazamientos, de gestionar cientos y cientos de kilos de papel... en
                    una época en la que los medios de reconocimiento personal no podían


                       108  Ahpab, Protocolos Notariales, leg. 1824, fols. 24v-25v 6.IX.1601.
                       109   Ags,  Consejo  Real  de  Castilla,  leg.  514/9-4.  Interrogatorio  a  Miguel  Moreno,
                    labrador y alcalde ordinario de la villa de Renera (Guadalajara). 20.10.1594
                       110   Ags,  Consejo  Real  de  Castilla,  leg.  514-7,  fol.  10r.  Griñón,  23.02.1595.  Caso
                    similar en Quintanar de la Orden, donde se mandó comprar libro para alistar a los
                    granadinos. Ahpto, Diversos, fols. 236r-v (21.02.1575)
                       111  Ahn, Om, At, leg. 55833. El Consejo a las autoridades municipales del partido de
                    Quintanar de la Orden instándoles a que hagan información para saber si los salarios
                    del superintendente de moriscos pueden pagarse de los propios o si es necesaria alguna
                    contribución morisca. Madrid, 14.05.1576.


                                                Mediterranea - ricerche storiche - Anno XVII - Agosto 2020
                                                           ISSN 1824-3010 (stampa)  ISSN 1828-230X (online)
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