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                información a la corte, solicitando un castigo ejemplar para el veedor,
                al objeto de que el mundo viese «la merced que Vuestra Majestad me
                hace y lo mucho que se sirve de que los ministros inferiores tengan el
                reconocimiento debido a los que los gobiernan y con quánto rigor cas-
                tiga a los que se aventuran a hacer lo contrario» 108 .
                   No sabemos si se decretó el castigo que pretendía el capitán gene-
                ral, pero es poco probable. Primero, porque el enfrentamiento entre
                ambos fue considerado en Madrid como uno de los muchos conflictos
                de competencias que formaban parte del día a día del organigrama
                militar de un territorio fronterizo como el Reino de Granada que, al fin
                y al cabo, no tuvo más repercusión que el escándalo originado en Vélez
                Málaga con motivo del incidente en casa del capitán general. Y, mucho
                más importante, el propio Blas Gutiérrez de Osorio en una misiva di-
                rigida al secretario Ezcaray, amén de resaltar en todo momento su
                predisposición a rehuir el conflicto con el conde, trataba templar los
                ánimos, hasta el punto de admitir que después del incidente le felicitó
                las Pascuas y le brindó «mucha cortesía» en público, «conque para lo
                que toca a mi persona le perdono de buena gana todo el desayre y
                tratamiento pasado» 109 .


                4. Conclusiones

                   Las razzias y cabalgadas en las costas norteafricanas para la cap-
                tura  de  berberiscos  y  otros  infieles,  la  esclavitud  por  campañas  de
                guerra abierta y las presas obtenidas durante los enfrentamientos con
                corsarios y piratas en la defensa de la costa, como fue el caso del su-
                ceso de 1633 aquí abordado, demuestran la estrecha relación exis-
                tente entre la actividad militar y la captura de enemigos para su venta
                como esclavos en ambas orillas del Mediterráneo, un espacio fronte-
                rizo en el que, conviene no olvidarlo, lo militar y lo bélico convivieron
                sin problemas con intensas relaciones comerciales e intercambios que
                soslayaban con frecuencia las barreras ideológico-religiosas levanta-
                das entre el mundo islámico y el cristiano 110 .


                12 en la cama con vómitos y calentura, vinieron algunos de su casa a verme y a per-
                suadirme de su mutuo, volviese a casa del conde», Ags, Ga, leg. 1.089, sf.
                   108  Ags, Ga, leg. 1.089, sf.
                   109  Carta de Blas Gutiérrez de Osorio al secretario Ruiz Ezcaray, de 16-04-1633, Ags,
                Ga, leg. 1.089, sf.
                   110  La cuestión de la frontera mediterránea como espacio de relaciones informales,
                económicas y culturales entre ambas orillas, más allá del enfrentamiento confesional,
                los mecanismos institucionales y la gran geopolítica, ha sido abordada en: E. Martín
                Corrales, De cómo el comercio  se impuso a la razzia en las relaciones hispano-musulma-
                nas en tiempos del Quijote: hacia la normalización del comercio con el norte de África y el



                Mediterranea - ricerche storiche - Anno XVIII - Agosto 2021
                ISSN 1824-3010 (stampa)  ISSN 1828-230X (online)
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