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                quías locales no estaban dispuestas a perder esta mano de obra, pese
                a las órdenes regias de alejamiento decretadas por razones de seguri-
                dad. El hecho de que en marzo de 1633 el principal comprador de los
                musulmanes capturados en la ensenada de los Genoveses fuese un
                vecino de Málaga, o que un registro de finales de 1661 sacase a la luz
                la presencia de 227 esclavos en manos de 102 propietarios distintos
                de la ciudad, evidencia que órdenes de expulsión y alejamiento de es-
                clavos moriscos y musulmanes, como las de 1621, tuvieron un escaso
                efecto a largo plazo sobre Málaga y otras ciudades y villas del litoral
                del Reino, donde la mano de obra esclava era casi imprescindible para
                determinadas tareas 111 . Asimismo, testimonios como la consulta del
                Consejo de Guerra ante el arbitrio del licenciado Serrano Zapata en
                1626, o el brindado por el propio conde de Castronuevo a propósito de
                su “legítima” participación como beneficiario de la venta de esclavos
                en calidad de capitán general de la costa, demuestran que primaron
                planteamientos economicistas y la necesidad de asegurar el bien y la
                riqueza de la república, sobre argumentos defensivos que insistían en
                el peligro representado por los esclavos musulmanes y de origen nor-
                teafricano como posibles informadores y colaboradores de sus herma-
                nos de fe de la otra orilla del mar. Un mar que continuó siendo durante
                mucho tiempo una activa, permeable y peligrosa frontera.

























                   111  El mismo se efectuó con objeto de conocer la disponibilidad de mano de obra
                esclava para las labores de reconstrucción de murallas, como consecuencia de las inun-
                daciones producidas ese mismo año en la ciudad, J. J. Bravo Caro, Esclavos al servicio
                cit. La presencia de estos esclavos ya sería mucho más residual en el siglo XVIII, como
                ha demostrado el mismo autor: J.J. Bravo Caro, Los esclavos de Málaga a mediados del
                siglo XVIII, una minoría en extinción, «Baética. Estudios de Arte, Geografía e Historia»,
                19-2 (1997), pp. 83-108.



                Mediterranea - ricerche storiche - Anno XVIII - Agosto 2021
                ISSN 1824-3010 (stampa)  ISSN 1828-230X (online)
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