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630 Darío G. Barriera
ocho piastras en Montevideo . También recibió gran cantidad de vis-
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tosos cueros de tucán que luego utilizó él también como regalos.
Regalos, justamente, es otra de las cosas que no podía faltar en
esta empresa, necesarios como eran en los intercambios que tenían
previsto realizar en sus paradas (Santa Catalina y Montevideo). En
este rubro, la fragata Aigle transportaba abanicos y tabaqueras barni-
zadas –también tabaco– .
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La diversión no era un tema para ignorar a bordo: además de ha-
cerlo poniendo a renegar a un tiburón o bromeando, el castillo de popa
de la Aigle fue escenario de bailes que pudieron hacerse gracias a la
presencia en el equipaje de tamboriles, panderetas y violines .
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Si todo eso es vital, otras cosas componen el equipamiento político
de una empresa en alta mar. Parte de lo imprescindible para movilizar
una expedición eran los títulos que permitían detentar la autoridad.
Antes de subirse a la fragata, Bougainville solicitó «la permuta de su
diploma de coronel de infantería por el de capitán de fragata» . Lo hizo
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al final de su memoria, después de haber pedido los diplomas de capi-
tán de brulote para Guyot, para Le Giraudais –para lo cual adjuntó la
foja de servicios de los oficiales– y una patente de corso como capitán
con sueldo para Thisbé de Belcour –a quien Bougainville alega que
«venía manteniendo» hacía un año–.
Las embarcaciones debían llevar banderas, y las propias eran tan
útiles como las ajenas. Sabemos que la Sphinx llevaba un pabellón
inglés para utilizar en maniobras persuasivas o disuasivas. Una ban-
dera de la propia monarquía y un equipamiento básico para celebrar
misa era lo que permitía, entre otras cosas, que la embarcación pu-
diera recibir visitas oficiales a bordo –como la que tuvo lugar el 11 de
diciembre con el gobernador de Santa Catalina– .
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Todo el equipaje, en su aspecto humano, conlleva un contenido in-
material y relacional que lo convierte en sujeto de equipamiento, esto
es, en agente organizador de las extensiones por las que transita –
como el mismo mar, donde la autoridad mayor es, como en tierra, juez
41 Dp, p. 245 y p. 102-103.
42 Dom Pernetty escribió: «Uno no debe viajar sin tener regalos para estas ocasiones.
Uno siempre debe estar provisto de mercancías tales como cuchillos, tijeras, pinzas para
depilar (es la costumbre tanto en hombres como en mujeres, arrancarse el vello de todo
el cuerpo excepto el de las cejas), peines, pequeños espejos, pulseras, lociones, cuentas
de vidrio o anzuelos para pescar» Dp, p. 146.
43 Dp, p. 81 y passim.
44 Agrega que «es coronel desde el mes de febrero de 1759» y que con dicho rango
hizo ya dos campañas al frente de cuerpos de 3 y hasta 4 mil hombres en sitios donde
había «consumido un tercio de su patrimonio». Recibió el título de «capitán de navío» el
21 de junio de 1763. R. Saiegh, Francia cit., pp. 141 y 155.
45 Dp, p. 62 y 103.
Mediterranea - ricerche storiche - Anno XVIII - Dicembre 2021
ISSN 1824-3010 (stampa) ISSN 1828-230X (online)