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Espiar la armada del Turco. Las fuentes documentales del espionaje hispánico... 295
más eficaz, capaz no sólo de defender su área de influencia en el mar
Egeo, sino también de convertir todo el Mare Nostrum en un nuevo
escenario de batalla .
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Es en este contexto donde encaja el origen de este servicio de inte-
ligencia y de su misión principal. Al estar ahora más expuestos a los
ataques del Turco fue necesario poner en funcionamiento un sistema
con el fin de informar sobre los planes, preparativos y movimientos de
los otomanos que pudieran afectar a sus reinos. El fin último era poder
actuar con la antelación suficiente como para contrarrestarlos, pero
la misma información podría ser empleada para organizar un ataque.
Si bien no fueron sus únicas sedes, el espionaje desplegado en este
área tuvo como puntos de referencia los reinos de Nápoles y Sicilia y
la embajada de Venecia. Desde ellos se coordinaron redes de espías
para infiltrarse en territorio enemigo con el fin de obtener los tan va-
liosos avisos que, una vez recibidos, eran contrastados y verificados
allí mismo. Poco después eran reenviados, bien hacia los otros centros,
o bien directamente hacia la corte .
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Una de sus principales desventajas fue su incapacidad para operar
desde la propia Constantinopla, esto es, desde el corazón mismo de la
toma de decisiones del Imperio otomano. Esta situación cambió de-
spués del conocido como “desastre de los Gelves” en 1560. A los navíos
hundidos y a las vidas perdidas en esta gran derrota que sufrieron los
ejércitos de Felipe II en esta pequeña isla cercana a Túnez, se sumó
un gran número de cautivos que fueron conducidos a la ciudad del
Bósforo, entre ellos nobles como Álvaro de Sande o Sancho de Leyva.
Fundamentalmente ello tuvo como consecuencia una reflexión general
en la Monarquía hispánica sobre la forma en que se llevaba a cabo la
guerra en el Mediterráneo, y uno de los elementos que se debatió fue
el del espionaje. La principal conclusión a la que se llegó fue que, para
aumentar su eficacia, era necesario avanzar el foco de captación de
noticias hacia la misma capital enemiga.
Las operaciones de redención de cautivos desempeñadas para re-
scatar a este gran número de prisioneros sirvieron para hacer contac-
tar a las autoridades hispánicas con toda una serie de personas asen-
tadas en la ciudad, más o menos de confianza para realizar tal propó-
sito. En 1562, el rey Prudente escogió a un mercader genovés llamado
Giovanni Maria Renzo para viajar a la ciudad del Bósforo con la misión
de crear esta nueva red informativa. Allí entró en contacto con las tres
figuras que constituyeron el núcleo de la ‘conjura de los renegados’ o
de los occulti, como ellos mismos se denominaron. Sus nombres fueron
12 M.Á. de Bunes Ibarra, Los Barbarroja: corsarios del Mediterráneo, Aldebarán, Ma-
drid, 2004, pp. 135-168.
13 Gennaro Varriale, Líricas secretas cit.
Mediterranea - ricerche storiche - Anno XX - Agosto 2023
ISSN 1824-3010 (stampa) ISSN 1828-230X (online)