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Muntaner y la batalla de los Caballeros de la Muerte (Gagliano, febrero de 1300)  531



                Sin embargo, el orden en que Muntaner relata los hechos no parece,
             al menos en este caso, la única clave interpretativa de las páginas que
             nos ocupan. A mi juicio, reviste un interés mucho mayor el análisis de
             algunos aspectos relativos al ritmo narrativo que el cronista imprime
             a su relato y a la cantidad y calidad de la información que en él nos
             suministra. Leamos, por ejemplo, de qué modo resuelve la explicación
             de las circunstancias que llevaron a la batalla:

                Què us diré? Ells saberen I jorn que·l comte Galceran et don Blascho eren
             en I castell de Sicília qui ha nom Gallano; et tots CCC cavallers, molt gint
                                                                          52
             arreats, et d’altres qui·ls volgren acompanyar, anaren-se’n a Gallano .
                Esto fue lo que lisa y llanamente sucedió, según Muntaner: poco
             después de su llegada a Catania, los Caballeros de la Muerte tienen
             noticia  del  paradero  de  la  hueste  de  Blasco  de  Alagón  y  Guillem
             Galceran de Cartellà, por lo que, sin más dilación, marchan en pos de
             ellos para llevar a cabo sus belicosos votos. En unas pocas líneas – de
             hecho, en una sola oración –, la pluma muntaneriana nos transporta
             de la Catania ocupada por Roberto de Anjou al castillo de Gagliano,
             donde los dos capitanes de Federico de Aragón son informados de la
             inminente llegada del enemigo y, tras una breve deliberación, deciden
             presentarles batalla a toda costa: «et agren lur acort que de tot en tot
                                   53
             los exissen a batayla» . A base de trazos raudos y someros, el relato
             ha avanzado hasta el momento inmediatamente anterior al comienzo
             de la conflagración, con ambos ejércitos ya a punto de desplegarse
             sobre  el  campo  de  batalla.  Lo  que  pasará  a  continuación  ya  lo
             conocemos: los Caballeros de la Muerte cumplirán su propósito de
             enfrentarse a los hombres que dieron muerte a sus parientes, pero
             lejos de vengar su memoria, acabarán corriendo su misma suerte. Fin
             de la historia.
                Lo que más poderosamente llama la atención de cuanto sugiere la
             Crònica acerca  de  los  prolegómenos  del  combate  es  esto:  que  los
             caballeros angevinos estaban apercibidos de la posición exacta del
             pequeño  ejército  de  catalanes,  aragoneses  y  sicilianos;  que,  por




             y Gagliano – y en la que la flota siciliana fue de nuevo duramente derrotada por la
             angevina de Lauria (J.H. Pryor, The naval battles of Roger of Lauria, «Journal of Medieval
             History», 9 (1983), pp. 208-211), batalla sin duda obviada por el cronista porque se
             trataba un suceso desastroso para los de su bando, cuya inclusión en el relato habría
             resultado difícil de conciliar con su tan celebrado y triunfalista «de bé en meylor», al
             sugerir más bien una campaña militar llena de altibajos, penurias y adversidades para
             los dos bandos en litigio.
                52  R. Muntaner, Crònica cit., cap. 191.
                53  Ibidem.


             n.41                         Mediterranea - ricerche storiche - Anno XIV - Dicembre 2017
                                                      ISSN 1824-3010 (stampa)  ISSN 1828-230X (online)
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