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Recorridos por las huellas de las esclavizadas en el Río de la Plata (1713-1813)  611



                       Un testigo de Buenos Aires refrendó el origen portugués de Catha-
                    lina. Afirmó que «era natural de Lisboa [...] y que aportó en un navío à
                    la Colonia del Sacramento». Lo cual no anula la verdad que puede es-
                    tar contenida en el primer testimonio, porque Cathalina bien pudo ha-
                    ber sido embarcada en Lisboa, arribar a Brasil y vivir un tiempo en
                    Río de Janeiro, para luego ser ingresada a la trata luso-brasilera y ser
                    vendida en el mercado de Colonia. El testigo porteño ofreció informa-
                    ciones significativas sobre la movilidad cotidiana de Cathalina como
                    ser que «en la casa donde vivía no había hombre ninguno porque su
                    ama era viuda y ella soltera, y que siempre la solían ver tras de su ama
                    cuando salía a la calle».
                       En ese fragmento de sus vidas registrado al cumplir los requisitos
                    para contraer matrimonio se dibujan los contornos de la trata negrera
                    y el contrabando, las relaciones de género y los estigmas de la raza y
                    la esclavitud. En este largo itinerario podemos reconocer un primer
                    trayecto Lisboa-Río de Janeiro-Colonia del Sacramento que, como ade-
                    lantamos,  reviste  características  del  tráfico  ilegal.  Los  testimonios
                    también  ofrecen  indicios  sobre  el  servicio  de  acompañamiento  que
                    desempeñaron las esclavizadas respecto de sus amas. La condición de
                    la suya y su estado civil, le suman otros ribetes a esa movilidad coti-
                    diana permitida en la medida que se levanta un cerco moral a la pre-
                    sencia de varones en la casa de mujeres solteras y viudas. Siendo así,
                    ¿dónde y cómo Cathalina conoció al portugués? El documento no lo
                    dice. Lo cierto es que todos consienten que él habría comprado su li-
                    bertad.
                       Al contrario de la carta de libertad, que parece haber sido testimo-
                    nial y no materialmente exhibida, el juez eclesiástico de Santa Fe ad-
                    mite haber visto la licencia de matrimonio librada por su par de Colo-
                    nia de Sacramento. Este último documento corrobora la imposibilidad
                    de casarse que tuvo la pareja, no por incumplir los requisitos del ma-
                    trimonio cristiano, sino –como lo manifestó uno de los testigos– por
                    causa de un disenso familiar. De modo que el trayecto desde la Banda
                    Oriental a Santa Fe adopta las connotaciones de una huida, pero no
                    una huida de la esclavitud –Cathalina María era libre– sino de los pre-
                    juicios raciales de la familia de su cónyuge portugués. En parte, la
                    huida resultó exitosa, puesto que se autorizó su casamiento con un
                    europeo, lo que socialmente mejoría su condición de mujer casada por
                    mejor vía que si lo hubiera hecho con un liberto. Sin embargo, la huida
                    no pudo eludir el topos racial inherente a la sociedad de su tiempo. La
                    tramitación matrimonial reactualizaba su pasado esclavo y la marca-
                    ción racial, antes señalados por la familia de su cónyuge. Además de
                    aplicársele la nomenclatura de casta, suficiente para pulsar el índice




                                              Mediterranea - ricerche storiche - Anno XVIII - Dicembre 2021
                                                           ISSN 1824-3010 (stampa)  ISSN 1828-230X (online)
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