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                de edificios, de fondeaderos y almacenes destinados a la fabricación
                naval, pero también de mezquitas, fuentes, madrasas, edificios admi-
                nistrativos, calabozos, ‘baños’ –o prisiones para cautivos–, que sati-
                sfacían las necesidades de producción del Imperio otomano, y vitales
                de sus trabajadores. Su tamaño –y su capacidad de fabricación– era,
                cuanto menos, envidiable para el resto de potencias mediterráneas:
                hacia 1522, contaba ya con ciento catorce dársenas, número que au-
                mentó a ciento veintitrés, veinticinco años después. En caso de nece-
                sidad, pudo dar cobijo a doscientos cincuenta galeras .
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                    Otro  enclave  muy  nombrado  fue  aquel  que  se  encontraba  en
                Galípoli, ciudad ubicada en el estrecho de Dardanelos. De hecho, am-
                bos suelen venir nombrados habitualmente juntos como ejemplifica el
                testimonio del cautivo Alonso Cáceres, quien, preguntado por los pre-
                parativos navales otomanos en 1534, respondió «que el dicho Turco
                haze armada de mar y que tiene en el agua varadas muchos dias ha
                en Costantinopla XXXV galeras y en Galipoli otras tantas», añadiendo
                que treinta días antes de partir habían logrado terminar «otras treinta
                galeras las quales todas preparavan de armar y que en el ataraçanal
                quedavan entre galeras nuevas y viejas que se conchavan diez o doce
                galeras que tambien dezian las ponen en mar para armar» .
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                   Por otro lado, en esta última categoría se incluyeron las informa-
                ciones que narran la elaboración de vituallas y de armamento, piezas
                de artillería y municiones, que iba a llevar consigo la flota en una ex-
                pedición concreta. Sobre este aspecto, los ojos y oídos del emperador
                y de su Majestad Católica en Levante lograron captar los momentos
                en que comenzaron a producirse las provisiones para sustentar a la
                tripulación de la flota, e informar puntualmente sobre esta cuestión
                hasta el inicio de la campaña. Lo más importante para ellos era avisar
                sobre el tiempo empleado en su producción y las cantidades realiza-
                das, pues ambos datos sirvieron como señales que sugirieron cuál iba
                a ser la acción de la armada en una coyuntura determinada. Así, un
                mayor número de alimento producido podría ser indicador de una ex-
                pedición ofensiva prolongada en el tiempo, mientras que, por el con-
                trario, uno menor significar un desempeño más defensivo. El producto
                más elaborado para la dieta marinera mediterránea y, a su vez, el más
                embarcado en los navíos turco-berberiscos fue, sin lugar a dudas, el





                   25  I. Bostan, Ottoman Maritime Arsenals And Shipbuilding Technology In The 16th
                And 17th Centuries, «Muslim Heritage», accedido 03 de noviembre de 2022, http://www.
                muslimheritage.com/article/ottoman-maritime-arsenals-and-shipbuilding-technology-
                16th-and-17th-centuries; C. Imber, The Ottoman Empire cit., pp. 235-247.
                   26  Ags, Estado, Nápoles, l. 1017, f. 82bis. Deposición de Alonso de Cáceres, Mesina,
                16 de abril de 1534.



                Mediterranea - ricerche storiche - Anno XX - Agosto 2023
                ISSN 1824-3010 (stampa)  ISSN 1828-230X (online)
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